Cuando escuchó el precio tan seductor sin más habló: “Porque, querida, ésta es la real
oportunidad que hemos estado esperando. Nos va a dar los medios para construir en
Oceanside”. Así, se consumó la venta y los compradores pagaron la suma de dos mil
dólares en efectivo y dieron una garantía hipotecaria por el resto, pero debíamos dar
posesión dentro de los diez días. Con la asistencia de la Sra. Ruth E. Beach de Portland,
Oregon y de la Sra. Rachel M. Cunningham, de Los Angeles, en ese mismo instante,
comenzamos a empacar y nos preparamos para ir a Oceanside. El Sr. Heindel debía
mientras tanto viajar a Oceanside y alquilar una casa en la cual pudiéramos vivir mientras
durara la construcción. En la mañana del 27 de octubre de 1.911 estábamos listos para la
mudanza, las dos Sras., fueron enviadas por tren a Oceanside, mientras el Sr. y la Sra.
Heindel irían en un pequeño automóvil biplaza marca Franklin, el que Max Heindel había
comprado reconstruido por la pequeña suma de U$S 300.- correspondientes al dinero de la
venta de la propiedad. Los baúles del auto estaban completos a casi desbordar de valijas y
máquinas de escribir. A la temprana hora de las 5:00AM., el Sr y la Sra. Heindel estaban
listos para partir. Al llegar a Whittier, distante unos 55 Km de Oceanpark, una poderosa
tormenta les alcanzó. El auto era convertible, pero ambos viajeros fueron lo suficientemente
afortunados como para refugiarse bajo las ramas de una gran palmera. Luego de pasada la
tormenta, nuevamente reanudaron su camino. Era casi la tarde y se horrorizaron al
encontrar el camino entre Whittier y Fullerton interrumpido y sin desvíos. Así, fueron
forzados a conducir con su pesada carga sobre tan inestable y barroso camino que había
sido casi inundado por la tormenta. De este modo, luego de haber conducido unas cuantas
millas y de repente Bedalia (que era el nombre que Max Heindel había dado a su vehículo)
se negó a seguir; se negó terminantemente sin poder arrancar. El resultado fue que la Sra.
Heindel caminó alrededor de una milla hasta alcanzar la primera granja y alquiló al
granjero su tractor para que los remolcaran hasta Fullerton. Debían llegar a Oceanside ese
día, por las noticias que habían sido y la transferencia del terreno para las oficinas centrales
estaba estipulada para el siguiente día a las 12:40 PM. Qué harían si no les fuera posible
tomar el próximo tren que pasaba por Fullerton a las 2:45 PM. Bien, el pequeño auto se
enganchó al vehículo del granjero y ambos viajeros fueron remolcados hasta la ciudad justo
a tiempo para guardarlo en un garaje y apresurarse a tomar el tren que estaba esperando y
listo para partir. Pueden imaginar lo que había significado un día con tantas
complicaciones, para un hombre con severa debilidad de corazón. Una vez sentados en el
tren, Max Heindel con su maravilloso optimismo señaló a través de la ventana el más
maravilloso y mágico arco iris doble. “Mira - dijo - lo que el futuro nos traerá a pesar de
estos problemas”. Llegaron a Oceanside en la noche y fueron llevados a una pequeña
residencia de cuatro habitaciones muy modestamente decoradas, con los pisos cubiertos con
alfombras. Las habitaciones habían estado desocupadas por bastante tiempo y naturalmente
los insectos y ratones habían tomado posesión. El próximo era el día en el cual se izaría la
bandera de La Fraternidad. El tren arribó a las doce de mediodía, trayendo a cuatro de
nuestros miembros más leales: el Sr. Williams Patterson de Seatle, Washington; George
Crámer de Pittsburgh, Pensilvania; John Adams y Rudolph Miller, miembros activos de la
Central que La Fraternidad poseía en Los Ángeles; y la Sra. Anne R. Attwood de San
Diego. Estos cinco sumados a nuestro grupo que consistía de la Sra. Ruth Beach y Raquel
Cunningham y nosotros mismos, haciendo un total de nueve almas, nos dirigimos al árido
terreno en dos carruajes, pues Oceanside era un pequeño pueblo con solo 600 habitantes,
con establos y granjas que databan de las épocas más antiguas, con muchas cocherías de
alquiler. Los automóviles eran poco comunes, por lo que el grupo se trasladó en carretas
con objeto de llevar a cabo lo que años mas tarde sería reconocida como la más vital
ceremonia, el dar la palada de tierra inicial, erigir una cruz y plantar un rosal en el punto
que sería el foco central de un gran trabajo. Las oficinas centrales se habían iniciado y
crecerían hasta expandirse alrededor del mundo entero; así nacía Mount Ecclesia en un
terreno seco, árido e infértil, en el que no podían verse ni árboles, ni zonas verdes. Se trajo
desde Ocean Park una cruz color negra con las letras C R C en los tres brazos; y una pala
con la que se removería la primera tierra. La siguiente escritura fue enviada por Max
Heindel a los nueve presentes en cuerpo físico, y los tres Hermanos Mayores presentes en
sus cuerpos vitales. (La descripción de Max Heindel de los presentes a continuación). El
Cristo dijo: “donde dos o tres se reúnan en mi nombre, ahí estaré entre ellos” y como
siempre cuando El hizo esta declaración había una expresión de la más profunda voluntad
divina. Esta afirmación responde a una ley natural que es tan inmutable como el mismo
Dios. Cuando los pensamientos de dos o tres están concentrados sobre cualquier objeto o
persona particular, se genera un poderoso pensamiento forma, como expresión definida de
sus mentes y el cual es proyectado instantáneamente hacia al objetivo. El efecto posterior
depende de la naturaleza del pensamiento y de quién sea que deba recibirlo, de la misma
manera que una nota hace vibrar en el diapasón a cuerdas de la misma afinidad. Si
pensamientos de naturaleza baja y egoísta son proyectados, sólo responderán criaturas bajas
y de similar naturaleza a dichos pensamientos. Ese tipo de ruegos jamás podrían llegar al
Cristo, de la misma manera que el agua no podría ir cuesta arriba. Estos gravitan hacia
demonios y elementales, los que permanecen totalmente apartados de las elevadas
aspiraciones generadas por quienes se congregan en el nombre de Cristo. “Así como
estamos hoy día reunidos en este lugar y listos a remover la tierra para la Sede Central de la
Asociación Cristiana, podemos estar bien seguros que así como la gravedad atrae la piedra
hacia el centro de la tierra, el fervor emanado de nuestras aspiraciones unidas, atraerán la
atención del fundador de nuestra fe (Cristo), el que estará con nosotros. Así como cuerdas
del mismo tono vibran en afinidad, así debería la augusta cabeza de la Orden Rosacruz
(Christian Rosenkreutz) presenciar en esta ocasión la fundación de la Fraternidad Rosacruz.
El Hermano Mayor ha sido la inspiración de este movimiento esta presente y es visible, al
menos para algunos de nosotros. En este momento están presentes y directamente
interesados en los procedimientos, miembros que reúnen un total del perfecto número 12.
Esto es, hay tres líderes invisibles que están por encima de la humanidad ordinaria, y nueve
miembros de La Fraternidad Rosacruz. Nueve es el número de Adam, o el hombre. De
estos, cinco, impar, número masculino, son hombres, y cuatro, par, femenino, son mujeres,
mientras que los tres superhombres invisibles, representan a la divinidad que no tiene sexo.
Este número no fue de ninguna manera arreglado por el que hablaba. Las invitaciones
fueron enviadas a muchas personas, pero sólo nueve respondieron y como no creemos en la
casualidad, los asistentes deben haber sido regulados en concordancia con los designios de
nuestros lideres “invisibles” y puede ser interpretado como una expresión del poder
espiritual que hay detrás de este movimiento, y si fueran necesarias más pruebas del tan
fenomenal crecimiento de las enseñanzas Rosacruces, basta ver como han sido acogidas en
cada país de la tierra en los últimos años, provocando gran acogida y admiración, el amor
de corazón de todas las clases y condiciones de personas, particularmente entre los
hombres. “Queríamos destacar este hecho, que mientras otras organizaciones religiosas se
componen mayormente por mujeres, los hombres son la mayoría entre los miembros de La
Fraternidad Rosacruz. También es significativo el hecho que nuestros miembros doctores
en medicina superan los de cualquier otra profesión y que los ministros le siguen. Esto
prueba que aquellos que poseen el privilegio de curar cuerpos enfermos, son conscientes
del hecho que las debilidades y enfermedades físicas son causas de desórdenes espirituales,
por lo que están tratando de entender con el fin de prestar una ayuda más efectiva. También
demuestra que quienes ofician de ministros a los espíritus enfermos y necesitados están
buscando brindar a esas mentes y almas sedientas, una explicación más razonable de los
misterios espirituales, a la vez de fortalecer su debilitada fe, cimentando sus relaciones con
la iglesia, en vez de obedecer ciegamente a sentencias y dogmas que no se basan en la
razón, el que sólo abriría las compuertas hacia un mar de escepticismo, barriendo la
corriente a toda buscador de luz de los cielos de la iglesia, sumergiéndolo en las
profundidades insondables de la oscuridad y el materialismo”. Ha sido el bendito privilegio
de La Fraternidad Rosacruz el rescatar a los buscadores más sinceros, ansiosos pero
incapaces de creer en todo lo que es contrario a la razón. Se dieron explicaciones
razonables de la armonía oculta entre los dogmas y doctrinas enseñadas por la iglesia y las
leyes de la naturaleza, los que retornaron luego a sus iglesias regocijados por dichas
enseñanzas, tornándose en miembros más fuertes y mejores de lo que fueron una vez antes
de haber partido. “Todo movimiento que esté predestinado a durar, debe tener tres
cualidades divinas: Sabiduría, Belleza y Fuerza. Ciencia, Arte y Religión, cada uno posee
estos atributos. Es la meta de la Fraternidad Rosacruz el unir y armonizar cada una con la
otra, enseñando una religión que sea a la vez científica y artística y reunir a todas las
iglesias en una gran Hermandad Cristiana. Solo ahora el reloj del destino marca la hora
exacta para el inicio de las actividades tendientes a erigir un centro visible desde donde
irradiar las enseñanzas Rosacruces hacia todos aquellos enfermos, tanto física como mental
o moralmente, con fin de ayudarles”. Así, ahora levantamos esta palada de tierra desde el
rincón del edificio con un ruego de Sabiduría que guíe esta gran escuela a lo largo de un
recto camino. Continuamos con una segunda palada suplicando al Maestro Artista por la
facultad de presentar la Belleza de la vida superior de tal manera de ser comprendida y
apreciada por todo el género humano. Abrimos la tierra una tercera vez en relación a esta
ceremonia, pidiendo por la Fuerza paciente y diligente para continuar el trabajo y hacer que
dure y se convierta en motivo de elevación más que cualquiera de sus predecesores”.
“Habiendo abierto la tierra para el establecimiento de este primer edificio, procederemos a
enterrar el maravilloso símbolo de la vida y el ser, el emblema compuesto de la Escuela de
Misterios Occidental. Este consiste en la cruz, representando la materia y la rosa, que se
enrosca en su tronco, representa la vida evolucionante trepando hacia cada vez más
mayores alturas por medio de la crucifixión. Cada uno de nosotros, nueve miembros,
tomaremos parte en la excavación de este, el primer y gran ornamento de Mt. Ecclesia. La
enterraremos en una posición tal que sus brazos apunten hacia el este y oeste, mientras que
el sol del meridiano proyecte su sombra hacia el norte. Así estará en el paso o corriente
espiritual que vitaliza las formas de los cuatro reinos de vida: mineral, vegetal, animal y
humano”. “Sobre los brazos y parte superior de la cruz se notan tres letras de oro, “C. R.
C.”, las iniciales de nuestra augusta cabeza, Christian Rosa-Cruz. El simbolismo de esta
cruz está parcialmente aquí y allá en nuestra literatura, pero se requerirían volúmenes para
dar una completa explicación. Adentrémonos más allá en el significado de este maravilloso
objeto de lección”. “Cuando vivíamos en la densa atmósfera de vapor de agua en la antigua
Atlántida, estábamos bajo leyes que nos gobernaban enteramente diferentes a las de hoy
día. Cuando perdíamos nuestros cuerpos no lo sentíamos, pues nuestra conciencia estaba
centrada más en el mundo espiritual que en el denso. Nuestra vida era una continua
existencia, no sentíamos ni el nacimiento ni la muerte”. “Al emerger a las condiciones
aéreas de Aryana, el mundo actual, nuestra conciencia de los mundos espirituales se
desvaneció y la forma se hizo más real y prominente. Entonces comenzó una existencia
dual, cada fase bien diferenciada de la otra, por los de eventos de la vida y la muerte. Una
de estas fases es una vida espiritual libre en el mundo celestial, la otra un encarcelamiento
en un cuerpo denso terrestre, que esta virtualmente muerto al espíritu, de acuerdo al
simbolismo del mito Griego de Castor y Pollux, los mellizos celestiales”. “Ha sido
explicado ya en varias partes en nuestra literatura, la forma en la que los espíritus libres se
sumergen y encapsulan en la materia por la intervención de los espíritus Luciferes, a los
que Cristo define como falsas luces. Esto fue en la feroz Lemuria, por lo que Lucifer podría
entonces llamarse el Genio de la época Lemúrica”. “El efecto completo de esta guía errada
no se hizo enteramente aparente sino hasta la Era de Noé comprendiendo los periodos de la
antigua Atlántida y nuestro presente Ariano. El arco iris, que no podría haber existido bajo
las condiciones atmosféricas de los períodos previos al nuestro, apareció como pintado
entre las nubes como una señal mística cuando la raza humana entró en la era de Noé, en la
que la ley de los ciclos que se alteran trae flujo y reflujo, verano e invierno, nacimiento y
muerte. Durante esta época el espíritu no puede escapar en forma permanente del cuerpo de
muerte generado por la pasión satánica inculcada por Lucifer.