"No esperes que los demás te den la vida, que te den el amor o que te den la alegría: te corresponde a ti primero abrir en ti las fuentes de la vida, del amor y de la alegría. Para recibir, hay que empezar por dar. Algunos dirán que están demasiado agobiados por la pena y la tristeza para poder dar lo que sea. No, éste no es un buen argumento y esta actitud sólo sirve para mantener estos estados. ¡Que se divorcien inmediatamente de esta pena y de esta tristeza! Que hoy mismo les escriban una carta: «Querida tristeza, querida pena, he decidido abandonarte. – ¿Cómo?, dirán ellas, ¡estábamos tan bien juntos!» Y tu responderás: «Si, ustedes tal vez, pero yo no, por lo tanto las dejo.» Y que a partir de ahora, tu mirada refleje esta separación. Posees tantos tesoros ocultos, ¿Por qué no dejas transparentar nada al exterior? Deja pues de lado todas las razones para estar triste y busca aquéllas que tienes para estar alegre. A través de la alegría se da, y mediante la pena se recoge. Dí a ti mismo que si algunos días no puedes reír, es porque te apartas del camino justo. " Omraam Mikhaël Aïvanhov
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