La oración que haces al comenzar la jornada y al terminarla, es la expresión de tu amor y confianza en Dios. Entre estos dos momentos, si amas de verdad a Dios con toda el alma y con todas las fuerzas, como dice la Palabra, de alguna manera el recuerdo y la presencia del Señor te acompañarán en las variadas tareas de tu jornada.
Si amas de verdad tu mente vuela con frecuencia a la persona amada. Que lo digan si no los enamorados. Ahora bien: Dios te ama como nadie puede amarte. Si, ayudado por la Palabra de Dios, descubres el inmenso amor de Dios por ti, la oración —diálogo de amor— invadirá tu vida. Te lo deseo de corazón.
Padre Natalio