SOBERANO DE TI MISMO
¿¡Qué es lo que pasa contigo
que el sopor no te abandona…?!,
¡si eres Espíritu, amigo,
disfrazado de persona…!
No tienes mancha ni sombra
porque la Luz te creó,
y sin embargo te asombras
preguntándote "¿quién…, yo…?".
Tú no dependes de nadie
para que tu brillo alumbre,
¡pero no dejas que irradie,
por inercia… o por costumbre…!
Se te ha dado un lapso breve:
te enciendes…, ardes…, te apagas…,
igual que un copo de nieve
antes que el sol lo deshaga…
¿Y vas a desperdiciarlo
sin ir detrás de tu afán…,
o sin siquiera intentarlo
por temor al "qué dirán"…?
¡Deja de apretar el freno…,
dale rienda a tu osadía…,
que se trata nada menos
que de tu soberanía…!
¡Confía en que te alimenta
el aliento del Creador,
y en que tu luz se sustenta
de su inmenso resplandor!,
¡Vamos, amigo, alza el vuelo
con luminosa emoción…!,
que ya las alas… y el cielo…,
¡se hallan en tu corazón!