"Un día Paganini vio a un mendigo ciego que tocaba el violín en una calle. Como nadie le daba nada, se acercó a él, le cogió el violín de sus manos y se puso a tocar. Inmediatamente, los sonidos que salían del instrumento atrajeron la atención de los transeúntes; se formó una aglomeración, y las monedas empezaron a llover. Cuando Paganini acabó de tocar el fragmento, el platillo estaba lleno. Devolvió el violín al mendigo y continuó su camino. ¡Qué magnífico gesto! Pensarán: «Sí, pero Paganini era un virtuoso y ello le proporcionaba grandes posibilidades. Nosotros no tenemos ni dinero ni un violín para ayudar a los desgraciados que encontramos en nuestro camino.» Tal vez, pero poseen el
pensamiento. Así pues, deténganse en algún
sitio, concéntrense y
proyecten sobre los transeúntes su deseo de dar. Algunos harán lo mismo por ustedes y habrán participado en esta donación. No es indispensable que sean ustedes los que den a los que tienen necesidad de ayuda, pero pueden hacer que su amor se manifieste a través de los otros." Omraam Mikhaël Aïvanhov
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