"Los cristianos hanmultiplicado por todo el mundo las
representaciones de Jesús crucificado. Han querido mostrar la
inmensidad de su sacrificio. Pero, ¿por qué no presentarlo,
más a menudo, triunfando ante la muerte, en la gloria y la luz,
para impulsar a los humanos a que sean como él? Insistiendo
tanto sobre su suplicio, algo se oscurece en sus conciencias. Por
supuesto, los corazones tiernos quedan afectados y derraman
algunas lágrimas. Pero ¿cómo sentirse exaltado si
continuamente se nos muestra a un ser martirizado, sangrando y
coronado de espinas? No se tiene ningún deseo de seguir su
ejemplo. Para poder alentar a los humanos, es necesario
presentarles la belleza, la grandeza.
Se puede hablar de la crucifixión de Jesús pero dándole, al
mismo tiempo, una interpretación más amplia. La de Cristo en la
cruz, un Iniciado ve el Alma del mundo ofreciéndose, a las
cuatro direcciones del espacio, para sostener y alimentar a todas
las criaturas. ¿Pero es esta la dimensión sublime y gloriosa
que se presenta a los cristianos? "
Omraam Mikhaël Aïvanhov