"Una construcción, ya sea un templo o una casa, pero también
objetos, alimentos, ropa, pueden ser consagrados a una entidad, a
una idea, a fin de servir a un trabajo determinado. Cuando se
consagra un objeto, en su lado etérico quedan grabadas marcas,
imágenes tales que, a partir de entonces, indican que el objeto
pertenece a esta entidad, a esta idea, está reservado.
El Cielo
ha asistido a esta consagración, ha sido el testigo. A partir de
este momento, si unos intrusos intentan apoderarse de él, son
considerados culpables de una violación de domicilio, existe una
«policía» espiritual que los persigue y los expulsa.
Seguramente esto te sorprenderá, pero los objetos son como
moradas con puertas y ventanas por donde las entidades pueden
entrar y salir. Para que las entidades maléficas no usen estos
objetos, conságralos al Señor, a la Madre divina, a las fuerzas
luminosas y creadoras de la naturaleza: quedarán reservados. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov