Como es de imaginar por los aspirantes noveles, el sendero de
espiritualidad que lleva a hacernos colaboradores de
Dios no es un sendero fácil sino que es un sendero de imprevistos, caídas y derrotas, abandonos y volver
a empezar, etc. De ahí que muchos candidatos abandonen en los primeros pasos, de hecho, las pruebas
y tentaciones surgen hasta el último momento y pueden hacer caer incluso a los que llevan toda una vida
de sacrificio. En las últimas etapas, cuando el aspirante está más confiado de su victoria, las tentaciones
más sutiles y las fuerzas malignas siempre intentan hacer caer al que intenta avivar la luz del Espíritu.
Los mismos aspirantes veteranos caen muchas veces por sus propias reacciones y expresiones de lo
que están alcanzando internamente. El orgullo y otros aspectos personales surgen haciendo que se
olviden de la humildad y de que lo que alcanzan internamente es para utilizarlo en favor del prójimo.
Los deseos y malos hábitos antiguos vuelven a aparecer con más fuerza y sutiliza para tentar y hacer
caer al aspirante. Todo lo que ha causado ardor y pasión en el aspirante deber ser expulsado para
que no sean motivo de tentación; de nada sirve eliminar de nuestra vida las cosas insignificantes,
son las cosas que representan toda nuestra vida personal las que hay que eliminar.
Es una gran ayuda para el aspirante estar siempre conscientemente presente como tal y saber que
Es una gran ayuda para el aspirante estar siempre conscientemente presente como tal y saber que
tendrá pruebas y tentaciones que intentarán apartarle de sus ideales y de las enseñanzas, incluso
estando en momentos de oscuridad siempre encontrará una salida. Es necesario haberse purificado
mucho y haber superado o abandonado los defectos y malos hábitos antes de que podamos sentir la
influencia del Yo superior como guía de nuestros destinos. Las emociones deben ser purificadas, la mente
controlada, la perseverancia y el esfuerzo siempre activos y la fe siempre presente para que el Yo ilumine
en alguna medida al aspirante. Si no se llevan a cabo estas prácticas es posible que se fracase ante las
pruebas y surja la angustia y la desesperación o que termine en fracaso y abandono. Por el contrario,
si el aspirante vuelve a recuperarse y a sacrificarse humildemente por continuar, arrepintiéndose
y teniendo una fe inquebrantable, siempre tendrá la ayuda necesaria de nuestros hermanos mayores.
Deben desaparecer todos los deseos, sentimientos y pensamientos egoístas que obstaculizan el
Deben desaparecer todos los deseos, sentimientos y pensamientos egoístas que obstaculizan el
desarrollo espiritual y que evitan que la personalidad sea gobernada por el Yo superior; pues el
aspirante debe saber con toda seguridad que las privaciones personales serán recompensadas en
el mundo del Espíritu. Las tentaciones y pruebas son necesarias porque fortalecen y demuestran
qué punto un hombre puede vencer al mal estando en la Verdad y como conciencia del Alma. Es necesario
mantenerse siempre alerta y atento a lo que hablamos, sentimos, deseamos y pensamos si no queremos
vernos traicionados por la propia personalidad. Da igual que sea una tentación, una decisión equivocada,
un falso maestro o una falsa enseñanza lo que nos haga caer, lo cierto es que aún tenemos ciertas debilidades
que responden a esos hechos. Es más, si aún así echamos la culpa a dichos hechos significa que
hemos caído más aún porque el único culpable de la caída somos nosotros. De ahí la necesidad
de controlar nuestros cuerpos y de batallar contra nuestro propio enemigo, la personalidad,
formada por los deseos, emociones y pensamientos contrarios al Espíritu. Mientras el aspirante
siga aceptando toda la negatividad personal como algo con derecho a existir, será
incapaz de salir de la obscuridad y de eliminar la influencia de las
fuerzas invisibles que le obstaculizan.
También es importante que el aspirante sepa que, además de las tentaciones y pruebas que la vida
También es importante que el aspirante sepa que, además de las tentaciones y pruebas que la vida
cotidiana nos pone, hay otras que surgen en nosotros si somos débiles al respecto. Algunos
aspirantes se han visto separados del sendero por medio de “maestros” que han sabido alucinar a
seguidores con palabrería y falsas promesas asegurando que tiene ciertos poderes; otros han
en la magia negra por hacer determinados ejercicios que les han llevado a contactar
espíritus elementales o seres
de las regiones más bajas de los mundos invisibles; otros actúan dejándose llevar por
toda una serie de
fantasías e imaginaciones que no llevan a ninguna parte pero que sí desvían del verdadero sendero; y otros caen
en las redes de asociaciones que miran mucho por sus intereses económicos y poco por el desarrollo espiritual de
sus alumnos. Pero suele ocurrir que, cuando el aspirante comienza a desviarse del sendero algo de su interior
le advierte o algo en el mundo físico surge como oportunidad para que vuelva al mismo. Pero una de las peores
tentaciones a superar o caídas es aquella en la que el mismo aspirante, veteranos en conocimientos y
por la vanidad o la ambición, crea una escuela y se rodea de ”discípulos” que
le halagan y siguen como corderos; aunque esta escuela diga ser altruista (por lo general
lo son) al final terminará en nada y el aspirante caerá en una
obscuridad temporal.
El desarrollo espiritual que el aspirante intenta alcanzar no es un aumento de entendimiento de la Obra Divina
El desarrollo espiritual que el aspirante intenta alcanzar no es un aumento de entendimiento de la Obra Divina
o un crecimiento emocional o descubrir una serie de aspiraciones e ideales elevados. El desarrollo espiritual
es algo innato y natural en el ser humano como natural es el desarrollo y crecimiento de una semilla, con la
diferencia de que cada Alma tiene su propia línea de desarrollo según su grado y karma; sin embargo, nuestro
origen y nuestro destino es el mismo, es decir, Dios. Nosotros fuimos creados para que desarrolláramos los
poderes latentes en poderes dinámicos del Espíritu pero también para conocer, amar y servir a Dios y a
nuestros hermanos. El desarrollo espiritual se obtiene desde dentro y no desde fuera, nadie lo puede hacer
por nosotros porque es en nosotros donde encontramos el Camino, la Verdad y la Vida. Cuando, por fin y
quizás después´ de muchas caídas o vidas de sacrificio tomamos el verdadero sendero, nuestro
Espíritu se encarga de guiarnos; y cuanto más nos individualicemos como Alma y cuanto más poder y
gobierno tengamos sobre la personalidad, más vislumbres se obtienen de esa vida
superior y de ese dios interno.
El hombre superior se desarrolla y se eleva por métodos, esfuerzos y sacrificios propios, pero sobre
El hombre superior se desarrolla y se eleva por métodos, esfuerzos y sacrificios propios, pero sobre
todo por discernir
y diferenciar lo transitorio de lo inmortal; por no apegarse (o mejor dicho, por desapegarse) de
lo personal y material; por cambiar el amor personal por el amor a todo lo que nos rodea; por la persistencia y el
sacrificio en la búsqueda de la Verdad; por no buscar ni desear recompensas, fama, honores ni resultados;
y por saber que en Dios vivimos, nos movemos y tenemos nuestros ser y, por tanto, nuestro deber
es imitarle. Si buscamos y nos acercamos a Dios, Dios se hará notar en nosotros, y si Dios está en
nosotros ya no hay deseo de crecimiento sino la fuerza del Amor y el Poder de la voluntad. Pero hasta
que eso ocurra el aspirante debe concentrar todas sus deseos y todos sus esfuerzos en lo interno,
en la conciencia del Yo superior y en la vida de Dios