"Los instintos son fuerzas de vida formidables; si intentamos
aniquilarlos, o no lo conseguimos y nos agotamos en esta lucha, o
bien, si lo conseguimos, no es lo mejor porque al mismo tiempo
aniquilamos una parte de nuestra propia vida. Entonces, ¿cómo
dominarlos? Alimentando en sí mismo un alto ideal. Porque un
alto ideal es el mejor transformador de energías. Desde el
momento en que ponemos un elevado ideal en nuestro corazón, en
nuestra alma, nuestras energías se ven obligadas a pasar por
él, y él se encarga de darles otra dirección, precisamente una
dirección hacia lo alto. El alto ideal transforma estas
energías.
¿Conforme a qué proceso se realiza esta transformación? No
tenemos necesidad de saberlo. Cuando comemos, no necesitamos
saber el detalle de las transformaciones que se están
produciendo, primero en la boca y después en el estómago y los
intestinos, sin embargo sentimos que hemos recibido fuerzas. Lo
mismo sucede con el alto ideal; si lo alimentamos con nuestros
pensamientos, nuestros sentimientos, nuestros deseos, nuestros
instintos, se transforma, y las energías producidas por esta
transformación sostienen nuestra vida psíquica, nuestra vida
espiritual… y nuestra vida física también, porque en nosotros
nada está separado. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov