En este siglo XXI, cada vez hay más gente
que se siente vacía y falta de información
espiritual. La ausencia de una fe religiosa que dé respuestas reales a las
eternas preguntas, a las que no puede responder, de momento, la ciencia
materialista, hace que gentes de todas las edades busquen y se
interesen, a veces, por una mal llamada ciencia espiritual.
Hay en la actualidad un montón de libros y de movimientos esotéricos. Hasta
cierto punto, la mayoría son válidos, pues cada persona, según su grado de
evolución, se siente atraída hacía el movimiento que le es más afín, del mismo
modo que se da a cada pueblo una religión adecuada a sus necesidades y estado
evolutivo espiritual. La importancia que el pasado siglo XX ha dado a la formación
científica materialista hace que mucha gente quede atrapada por ciertos movimientos
que, buscando simplemente una explicación científica material a hechos que son
espirituales, no se molestan en ir más allá, y se quedan mucho antes de la mitad del
camino, hipnotizados por la parte ilusoria de la materia, a la espera
o a la búsqueda de fenómenos extraños o de milagros.
Una de las terapias alternativas que hoy en día tiene muchos adeptos es el Reiki.
Con esta terapia se pretende que una persona, sin ninguna formación
previa ni de anatomía ni espiritual ni energética, por el mero hecho de pagar
una cierta cantidad de dinero, reciba unas iniciaciones y ya pueda manipular las
energías para realizar curaciones milagrosas como si fuese Jesús, un alto iniciado
en las ciencias ocultas, el ser humano que más ha avanzado en el camino, con
altos conocimientos sobre anatomía física y espiritual y sobre las leyes que las
rigen, y con plena conciencia en los planos espirituales. ¡Incluso se
les dice a estas personas que Jesús lo que hacia era Reiki!
Durante esas iniciaciones, se informa a la persona de que los humanos tenemos
un cuerpo físico, uno emocional y otro mental pero, muchas veces, no se la
informa ni sobre el cuerpo etérico ni sobre otros superiores al mental, ni se le
adoctrina tampoco, con detenimiento, sobre cada uno de los otros mundos. No se
le enseña en que época del remoto pasado hemos adquirido cada uno de los
cuerpos, ni el por qué, ni qué seres han colaborado en ello, ni para qué sirve cada
uno de ellos, ni los riesgos de despertar de Kundalini prematuramente,
ni la posición real de los vórtices energéticos o chakras, ni los recorridos
y puntos de entrada del prana en el cuerpo etérico, ni
la función del Cordón de Plata, etc....
Pero, lo que podemos considerar como más grave es que se pretende que
una persona se ponga a trabajar energéticamente sobre otra, sin ver lo que
hace. Es como si un cirujano ciego, sin el sentido del tacto y con pocas
nociones de medicina, se pusiera a hacer operaciones en un
quirófano a la espera de que el bisturí decidiera dónde debía ir.
Además, siempre que una persona realiza trabajos energéticos sobre otra,
se impregna de células energéticas del paciente. Dado el inmenso poder
de la mente, cuando imaginamos que movemos energía, aunque no tengamos
el poder de verlo, estamos realmente moviendo energía. Así pues, el
practicante de Reiki corre el riesgo de quedarse con partículas energéticas
enfermas de su paciente y contraer su enfermedad o de transferir
aquéllas a otros pacientes.
El Reiki pretende que una energía llamada así (que más o menos corresponde a
la energía vital), sea suficientemente inteligente por si misma y decida
qué y cómo debe curar.
La energía vital o prana emana del Sol Central y su función consiste en revitalizar
a todos los seres de nuestro sistema solar. Si bien la Tierra es el planeta de nuestro
sistema que tiene vida física, los demás planetas también están habitados,
aunque a otros niveles como el etérico, el Mundo del Deseo (Astral), etc.
Pretender, pues, que el prana efectúe curaciones milagrosas por sí solo es
como pretender que la comida venga sola a nuestra boca.
Nosotros, como seres humanos, podemos adquirir el poder de ver y manipular la
materia de los demás planos y esto incluye el etérico, que es en el que se manifiesta
el prana o energía Reiki. Pero esto no se consigue con el pago de unas monedas
a cambio de una iniciación, sino a cambio de un proceso evolutivo que no
debemos forzar, ya que sería como intentar aprobar una carrera con €œchuletas€.
Lo único que podemos y debemos hacer es estudiar y convertirnos día a día en
mejores personas, y dejar de comer carne, de beber alcohol, de fumar y tomar
drogas, para tener un cuerpo cada vez más sano y puro, con unas vibraciones
más elevadas, y que permita que nuestros demás cuerpos también mejoren y llegue
el día en que despertemos la conciencia en uno de esos planos superiores. O
que logremos la adaptación del ojo físico para que pueda captar la capa
etérica del plano físico.
La Sabiduría Occidental posee una metodología para avanzar en la evolución
sin forzar (que supone siempre un peligro), basada en buenas técnicas de
estudio y en adquirir el máximo de conocimientos para saber, en cada momento,
qué podemos hacer y qué no. El primer sistema puede ser más rápido, pero no nos
convierte más que en un peligro para los demás. En cambio, el nuestro, a veces
mucho más lento, nos convertirá en expertos en la materia estudiada.
Además, debemos tener en cuenta que ciertas dolencias pueden ser karma maduro,
(producto incurable de la ley de Causa y Efecto o ley del Karma) y no debe intentarse
curarlas, pues la persona debe de pasar por la enfermedad, morir o llegar a superarla
por ella misma. Por lo tanto, no deberíamos ponernos a curar energéticamente sin
saber antes si debemos hacerlo o no, ya que corremos el peligro de poner
trabas a la evolución de otra persona y aumentar con ello nuestro propio karma.
Esta terapia, llamada Reiki, no es que no sea buena, del mismo modo que un coche
no es malo por sí mismo pero, sí que es un peligro si lo conduce alguien sin
permiso de conducir y sin conocimiento ni experiencia y que se cree un
experto, convencido de que ya sabe todo lo que hay que saber.
El Reiki pretende distinguirse de la Imposición de manos, que considera algo
€œpoco serio,€ dada la cantidad de personas inexpertas y sin
conocimientos que se dedican €œprofesionalmente€ a practicarlo. La lástima es
que los practicantes de Reiki no se den cuenta de que están haciendo lo mismo
que critican y usan una ciencia antiquísima casi sin el mínimo conocimiento de
ella, como haría el estudiante que pretendiera ser un médico experto por el mero
echo de haberse matriculado en la universidad.
Como personas interesadas en la curación, deberíamos abrir nuestras mentes y
estudiar la enorme cantidad de buenos libros esotéricos que hay sobre el tema
de la anatomía oculta, y adquirir información sobre los diversos planos en
los que el ser humano tiene vehículos y posibilidades de ser consciente.
Y usar esos Conocimientos para ayudar a los demás, sin esperar
a cambio ninguna compensación.
Por otra parte, siempre hay, encarnadas, personas que sí que tienen
conocimiento de las leyes ocultas y nergéticas y que están trabajando
por nosotros con, podríamos decir, €œla carrera terminada€. Y hay,
incluso, auxiliares invisibles que trabaja
directamente desde los planos superiores.
No debemos tener prisa por llegar a trabajar en los planos sutiles.
Nunca deberíamos trabajarlos sin saber qué estamos haciendo y sin
el maestro o seres más exaltados a nuestro lado, pues podríamos
encontrarnos con situaciones muy desagradables.
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