Cuando estamos ante un problema
Cuando estamos ante un problema muchas veces nos sentimos envueltos en un
paño negro, o en medio de una gran obscuridad.
Sin embargo cuando estamos tan aislados y perdidos poco a poco sentimos que
ese negro tan espeso pasa a ser gris y así poco a poco llegamos al blanco tan ansiado.
Al pasar los años comprendemos que logramos ser mejores,
más fuertes, y amamos más la vida gracias a esos
momentos de obscuridad. Porque si nuestra
fe y nuestro amor son importantes y potentes una voz
interior nos dice que se puede: Se puede encontrar la luz de nuevo.
Sí, es cierto cuando sentimos que una dificultad hace que solo veamos una
gran osbcuridad pasamos por momentos de desesperación, de ahogo, de
incertidumbre pero siempre un destello, un pequeño hilo de luz nos permite
encontrar la salida. Ese hilo pasa a ser una fuente de
luz cada vez más grande y será con los años una gran
antorcha que siempre llevaras contigo y entonces cuando algunas situaciones se repitan, o las dificultades vuelvan a apagar la luz, tendrás en tus manos ese tesoro de la experiencia que la vida te da que sumado a todo lo que aprendiste encenderá tu antorcha en forma casi inmediata y ya tu obscuridad no será tan intensa al contrario durará sólo segundos y la luz permanecerá por mucho tiempo más y podrás iluminar a quien lo necesite.
Y como un antiguo dicho de los cuáqueros dirás:
"Solamente espero pasar una vez por este mundo.
Por lo tanto, cualquier buena obra, beneficio o servicio que pueda prestar a cualquier hombre o animal, permíteme que lo haga ahora. No permitas
que lo descuide o retarde, porque no volveré a pasar por este camino".