Lo que podría parecer caos y confusión dentro de nosotros ahora mismo es, en realidad, una sacudida muy necesaria. Está quedando claro que ciertos aspectos de la vida a los que nos habíamos acostumbrado están siendo sacudidos dramáticamente.
No importa que pensemos que estamos preparados para ello o no, lo que ha sido superado ya está desprendiéndose. Lo mismo que la semilla más pequeña requiere una energía tremenda para cascarse y abrirse, una vez que lo hace deja atrás la cáscara. Entonces, enfrentándose a innumerables retos, emerge de la oscuridad a la luz. Esto sucede en el momento oportuno.
En retrospectiva, veremos esto como un nacimiento que, no sólo fortaleció nuestra habilidad para «adaptarnos a los golpes», sino que aumentó nuestra capacidad para sobrellevar las transiciones difíciles. Entretanto, tenemos todo el derecho a sentirnos vulnerable y vacilante, ¡pero no dejemos que eso nos pare!
Muchas cosas que eran una fuente de seguridad y protección en determinado momento son movidas hasta tal punto que resulta difícil saber lo que queremos, en qué dirección ir o qué esperar; y puede que surjan preguntas y dudas en muchas áreas de la vida en las que antes había una certeza inquebrantable. Sentirse dubitativo ahora no es necesariamente algo malo; de hecho, es una parte inevitable del proceso de desmantelar lo viejo para dar paso a lo nuevo. No importa lo difícil o doloroso que pueda resultar, ésta es una fase de crecimiento de vital importancia.
En vez de sentir lástima por nosotros mismo o acongojarnos por lo que hemos perdido, preparémonos para vivir los nuevos retos y las posibilidades no tardarán en aparecer en el horizonte. La naturaleza de este viaje específico es que, una vez que ha comenzado, no hay marcha atrás. Aunque a veces el paisaje pueda parecer totalmente desconocido, mantengamos un paso estable y no perdamos de vista las necesidades del momento en vez de ponernos a pensar en el futuro. Cualquier tentativa de crear un plan o de «ver la lógica de las cosas» es prematura y sólo conducirá a la repetición, a la frustración y a la confusión innecesaria. De manera que sé suave contigo mismo y ve lentamente. No hay ninguna prisa; cada paso cuenta.
Nuestra capacidad para confiar en los ritmos misteriosos que están impactando nuestra vida ahora está siendo fortalecida, y en consecuencia puede que nos descubramos viviendo el cambio con una calma interna que antes nos habría parecido imposible. Respiremos hondo y permanezcamos alerta. No seamos tímidos ni demasiado orgullosos para pedir ayuda cuando sea necesario, y recibámosla con humildad y gratitud cuando nos la ofrezcan. Puede que conozcamos a alguien que ha caminado por esta senda y cuya sabiduría sea una fuente de apoyo y ánimo para nosotros ahora. La invitación es a sintonizar con nuestro guía interno, la voz de la verdad que habla desde nuestra intuición. Si respetamos y permanecemos en contacto con la guía que nos ofrece, tomándonos el tiempo necesario para escuchar, descubriremos que nunca deja de revelar desapasionadamente el siguiente paso.
La paciencia, la perseverancia y la suavidad con nosotros mismos son esenciales en estos momentos. Aunque la naturaleza desafiante fortalece todo lo que crece. Ahonda en el espíritu de aventura y, a la vez, ten cuidado de no ponerte a ti mismo o a otros en peligro; hay muchas cosas que requieren nuestra atención. Es el amanecer de un nuevo día y estás más que listo para avanzar; si no lo estuvieras, no se nos habría ofrecido esta oportunidad.
A veces, resulta apropiado dar un paso atrás y tomar conciencia de que no tenemos que hacerlo todo solos. Sin embargo, esto puede ser difícil para los que son demasiado testarudos para correr el riesgo de ser lo suficientemente humildes para pedir ayuda, o para recibirla cuando se la ofrecen. Recuerda simplemente que sigue siendo tu camino y tu desarrollo, y que aceptar ayuda ahora no cambia eso en absoluto.