Todo el que aspira y se siente atraído “en espíritu y en verdad”, por la Fraternidad
Rosacruz y sus Enseñanzas, se sitúa en la esfera de atención y de influencia de
los iluminados de la raza humana, que conocemos como Hermanos Mayores de la
Rosa Cruz.
Es muy importante para nosotros el darnos cuenta del verdadero significado de
este hecho y el tratar de obtener el máximo beneficio de tan maravilloso privilegio.
Podemos atraer su ayuda si dedicamos el tiempo suficiente a meditar sobre ellos y
sus actos humanitarios, enviándoles nuestro amor y gratitud y dedicándonos a
cooperar en sus constantes esfuerzos en favor de la elevación de la Humanidad.
Los Hermanos de la Rosa Cruz son Adeptos y se encuentran entre los llamados
“compasivos” que, a través de muchas vidas, han desarrollado sus facultades
internas hasta un grado muy elevado, como consecuencia de su amor inegoísta y
su servicio a la raza humana. Han pasado por todas las Escuelas de Misterios,
Menores y Mayores, y han llegado a tal estado de evolución que se han liberado
de los lazos de la Tierra. No obstante, han elegido, libremente, permanecer en
ella, como colaboradores de la evolución, realizando el trabajo más acorde con su
interés e inclinación particulares.
Estos hierofantes de las Enseñanzas de la Sabiduría Occidental han desarrollado
una segunda médula espinal, elevando el rayo del amor inferior de Venus,
transmutándolo en altruismo y consiguiendo con ello el dominio de la porción
simpática de la primera médula espinal y del hemisferio cerebral izquierdo, ahora
regido por la pasional jerarquía de Marte, los Espíritus Luciferes. Así que, cada
Hermano es una unidad creadora completa, tanto en el plano físico como en el
espiritual, capaz de emplear la fuerza bipolar - masculina y femenina - por medio
de la doble médula espinal, iluminada y llena de energía potencial por los fuegos
espirituales de Neptuno (voluntad) y Urano (amor e imaginación).
Esa energía creadora concibe en ambos hemisferios cerebrales, regidos por Marte
y Mercurio, un vehículo apto para la expresión del Espíritu, arquetipo que es luego
enviado y materializado en el mundo, mediante la palabra creadora. Con ese
poder pueden, pues, perpetuar su existencia física y crearse, a voluntad, un nuevo
cuerpo, antes de abandonar el anterior.
Todos los Hermanos Mayores poseen cuerpo físico y viven en un edificio (en
Alemania), con todas las apariencias de personas de buena posición, pero
carentes de toda ostentación. Desempeñan trabajos distinguidos en su
comunidad, que no tienen otro propósito que el de justificar su presencia en ella.
De ese modo evitan preguntas y suposiciones sobre lo que son y sobre lo que
hacen. Fuera, y a través de su edificio se encuentra lo que podría denominarse el
Templo, que es etérico y diferente de nuestros edificios ordinarios, pero puede
compararse con la atmósfera vibratoria existente alrededor del Pro Ecclesia o
Templo en Mount Ecclesia, en Oceanside, California (2222 Mission Avenue), que
es etérica y mucho mayor que las propias estructuras físicas. Tales auras
envuelven las iglesias y otros edificios en los que los individuos son muy
espirituales y, lógicamente, difieren en color. El Templo Rosacruz (de Alemania)
es extraordinario y no puede compararse con ningún otro. Impregna de tal grado
de espiritualidad el edificio en el que viven los Hermanos Mayores, que mucha
gente no se encontraría a gusto en él.
Al ser capaces de controlar sus actos y emociones, los Hermanos evitan a sus
cuerpos cualquier esfuerzo innecesario. Conocen exactamente las sustancias
requeridas para mantenerlos, así como las proporciones en que son necesarias.
De modo que se aseguran la mejor alimentación y el mínimo desgaste. Por ello,
pueden conservarlos con aspecto vigoroso y juvenil durante cientos de años.
Los hermanos Legos que han estado contactando con el Templo entre veinte y
cuarenta años en esta vida, aseguran que los Hermanos tienen el mismo aspecto
ahora que hace treinta o cuarenta años. Juzgando en base al hombre medio de
hoy, aparentan tener alrededor de los cuarenta.
Algunos de los hermanos legos han dicho que Cristián Rosacruz emplea un
cuerpo que se ha conservado durante varios siglos. Esto puede o no ser cierto,
porque a nuestro augusto líder nunca lo ven los hermanos Legos cuando se
reúnen en el Templo etérico para el Servicio de Medianoche. Su presencia sólo la
sienten y ésa es la señal para comenzar la labor.
Exponer los inicios de los Hermanos Mayores de la Orden Rosacruz sería tan
difícil como encontrar pruebas de los comienzos de la primera manifestación de
Dios. Su trabajo tiende a favorecer la evolución de la Humanidad y han laborado
en el lejanísimo pasado, de un modo u otro, en tal sentido. Tenemos, sin embargo,
pruebas históricas de la aparición, en el siglo trece, de avanzadas enseñanzas
que iban a ser para muchos como una brillante estrella.
Durante los últimos cinco siglos, los Hermanos Mayores han trabajado para la
Humanidad en secreto. Cada medianoche se celebra un Servicio en el Templo, en
el que los Ellos, asistidos por los hermanos legos que pueden abandonar su
trabajo en el mundo - ya que muchos residen en lugares en los que es de día
cuando en el emplazamiento del Templo es medianoche - atraen hacia sí, desde
cualquier lugar de Occidente, todos los pensamientos de sensualidad, de avaricia,
de egoísmo y de materialismo, para transmutarlos en puro amor, benevolencia,
altruismo y aspiraciones espirituales, devolviéndolos luego al mundo para elevar y
fortalecer todo lo Bueno. Si no fuera por ese caudaloso manantial de vibraciones
elevadas, el materialismo hubiese volatilizado, hace ya mucho tiempo, todo
esfuerzo espiritual, pues nunca ha habido una época más negra, desde el punto
de vista espiritual, que la de los tres últimos siglos de materialismo.
Siete de los doce Hermanos Mayores van al mundo cuando la situación así lo
requiere, apareciendo como hombres entre los hombres o trabajando en sus
vehículos espirituales con o sobre otros, según haga falta. Sin embargo, hemos de
tener completamente claro que jamás influyen a la gente contra su propia voluntad
o contra sus deseos, sino que sólo fortalecen el bien dondequiera que lo
encuentren. Los otros cinco Hermanos no dejan nunca el Templo etérico y,
aunque todos ellos poseen cuerpo físico, todo su trabajo lo realizan desde los
mundos internos.
El decimotercer miembro de la Orden, Cristián Rosacruz, es su jefe y el eslabón
que la une con un más elevado Consejo Central, compuesto por hierofantes de los
Grandes Misterios, que no se relacionan nunca con la Humanidad ordinaria, sino
sólo con graduados de los Misterios Menores. Cristián Rosacruz está oculto a los
ojos del mundo por los doce Hermanos, del mismo modo que una esfera puede
disimularse, cubierta por otras doce del mismo tamaño. Ni siquiera los alumnos de
la Escuela lo ven pero, durante el Servicio de Medianoche en el Templo, todos
sienten su presencia.
Cada medianoche, durante su servicio, los Hermanos Mayores abren sus pechos
para atraer todos los dardos de odio, envidia, malicia y cualquier otro mal, emitidos
durante las últimas veinticuatro horas. En primer lugar, para privar de su alimento
a las fuerzas del Grial Negro. Y, en segundo término, para transmutar el mal en
bien. Así que, del mismo modo que las plantas absorben el dióxido de carbono
exhalado por la Humanidad y construyen con él sus cuerpos, los Hermanos
Mayores del Santo Grial transmutan el mal dentro del Templo. Y, al igual que las
plantas emiten el oxígeno renovado, tan necesario para la vida humana, los
Hermanos Mayores devuelven a la Humanidad la esencia del mal, transmutada en
remordimientos de conciencia, junto con el Bien, para que el mundo pueda crecer
mejor cada día.
Durante el Servicio del Templo, los Hermanos Mayores, junto con los hermanos
legos, funcionan en sus cuerpos alma. Resulta, pues, evidente que la presencia
del Cabeza de la Orden es eminentemente espiritual. Sin embargo, él está
siempre activo en los asuntos del mundo, trabajando con los gobiernos de las
naciones de Occidente para guiarlas a lo largo del sendero de su evolución. Con
esa finalidad, aparece en cuerpo físico, por lo menos, parte del tiempo.
Tras el primer año de la Primera Guerra Mundial (1.914 á 1918), los Hermanos
Mayores, a fuerza de duro trabajo y organización consiguieron crear un ejército de
Protectores ( o Auxiliares) Invisibles entre los que, habiendo traspasado el portal
de la muerte y habiendo experimentado el dolor y el sufrimiento a ello inherentes,
se sentían llenos de compasión por los que, constantemente llegaban, y estaban
calificados para consolarlos y ayudarles hasta que alcanzasen el equilibro
necesario en su nuevo estado.
Todos los Hermanos Mayores poseen la conciencia pictórica externa,
característica del Período de Júpiter, y que emplean para iniciar a sus discípulos
en la Orden Rosacruz. El Iniciador o Hierofante fija su atención en ciertos hechos
cósmicos y el candidato, que se ha hecho acreedor a determinados poderes,
actúa como un diapasón de idéntica nota a la de las ideas emitidas por el Iniciador
en forma de imágenes. Por tanto, no sólo ve éstas sino que puede responder a su
vibración y, aquellos poderes, latentes en su interior, se convierten en energía
dinámica. Así, su conciencia se eleva hasta el siguiente peldaño en la escala de la
iniciación.
La mayor parte de la Humanidad está siendo cuidada por la religión públicamente
impartida en su país de residencia. Pero siempre hay avanzados, cuya precocidad
exige nuevas enseñanzas. A ellos se dirige una doctrina más profunda, impartida
por medio de la Escuela de Misterios de su país. Cuando hay sólo unos pocos
preparados para esas enseñanzas preparatorias, se les imparten privadamente.
Pero, cuando crecen en número, la enseñanza se da más públicamente. Lo último
es lo que está ahora ocurriendo en el mundo occidental. No obstante, los
Hermanos de la Rosa Cruz le dieron a Max Heindel la Filosofía, tal como fue
publicada en el Concepto Rosacruz del Cosmos, y sancionaron la creación de la
Fraternidad Rosacruz para difundirla. Su finalidad es la de poner a los aspirantes
en contacto el Maestro cuando, mediante el servicio aquí en el Mundo Físico, han
demostrado su sinceridad y han dado suficientes garantías de que emplearán sus
poderes espirituales para el servicio, en el otro mundo, cuando hayan sido
iniciados. El método científico de desarrollo anímico propiciado por los Hermanos
Mayores está siempre dirigido a beneficiar a quien lo practica y, nunca, por ningún
concepto, puede perjudicar a nadie.