"Dar como el sol, amar como el sol… Éste es un ideal por el que
debemos esforzarnos por realizar un día. Cada vez que sentimos
la impaciencia, la irritación o el desánimo apoderarse de
nosotros a causa del comportamiento de los humanos, hay un
remedio: dirigirse al sol que, allí arriba, continúa
incansablemente, imperturbablemente brillando. Dirás: « Pero
para el sol es fácil permanecer imperturbable: está tan lejos,
nada le afecta.» Sí, pero nosotros también tenemos algo en
nuestro interior que permanece siempre inatacable: nuestro Yo
superior, porque nuestro Yo superior está en el sol. Es mirando
el sol que lograremos un día unirnos a nuestro Yo superior y
vivir como él en una paz que nada puede turbar.
Nuestro Yo superior habita en el sol donde participa del trabajo
divino. Cuando sepamos armonizar las vibraciones de nuestro yo
terrestre con las de nuestro Yo superior, descubriremos que el
Creador ha depositado en nosotros tesoros de generosidad y de
amor." (Omraam Mikhaël Aïvanhov)