«Transmutación» es el término generalmente empleado para designar el antiguo arte de trans-mutar los metales, especialmente los de poco valor, en oro. La palabra «transmutar» significa «cam-biar de naturaleza, de sustancia y de forma, convirtiéndose en otra; transformarse en otra cosa». Y de acuerdo con esa definición, «transmutación menta» significa el arte de transformar o cambiar los estados, cualidades, formas, condiciones mentales etc., en otros. Así que podéis ver que la transmutación mental no es otra cosa que una especie de química mental; y si preferís el tér-mino, una forma especial práctica de sicología mística.
Mas esto tiene un significado muchísimo mayor de lo que parece a simple vista. La transmuta-ción alquímica en el plano mental es tan importante en sus efectos que de ser conocida sería uno de los estudios más importantes para el hombre. Y esto no es más que el principio. Veamos por qué.
El primero de los siete principios herméticos es el de mentalismo, que afirma que «el TODO es mente, que el universo es mental», lo que significa que la única realidad que se oculta tras todo cuanto existe es mente; y el universo en sí mismo es una creación mental, esto es, existe en la mente del TODO. Consideraremos este principio en las sucesivas lecciones, pues ahora vamos a estudiar sus efectos, suponiendo que dicho principio fuera cierto.
Si el universo es de naturaleza mental, entonces la transmutación mental debe ser el arte de cambiar o transformar las condiciones del universo, trátese de la materia, de la energía o de la men-te. Así que esa transmutación, no es otra cosa que la magia, de la que tanto han hablado los escrito-res antiguos en sus obras místicas, pero acerca de la cual daban tan pocas instrucciones prácticas. Si todo es mental, entonces la posesión del medio que permita transmutar las condiciones mentales debe hacer del Maestro el dirigente y controlador de sus condiciones materiales, así como también de las mentales.
(tomado de "El Kibalyon)
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