4. EL DON DE LA REVELACIÓN
La revelación es evolucionaria pero siempre progresista. A través de las edades de la historia de un mundo, las revelaciones de la religión son cada vez más amplias y sucesivamente más esclarecedoras. Es misión de la revelación ordenar y censurar las sucesivas religiones de evolución. Pero si la revelación exalta y eleva las religiones de evolución, estas visitaciones divinas deben ilustrar enseñanzas que no estén demasiado alejadas del pensamiento y las reacciones de la edad en la cual se presentan. Por eso la revelación debe siempre mantenerse en contacto con la evolución, y lo hace. Siempre la religión de revelación deberá limitarse por la capacidad del hombre para recibirla.
Pero aparte de la aparente conexión o derivación, las religiones de revelación siempre están caracterizadas por una creencia en una Deidad de valor final y en el concepto de la sobrevivencia de la identidad de la personalidad después de la muerte.
La religión evolucionaria es sentimental, no es lógica. Es la reacción del hombre a la creencia en un mundo hipotético de los espíritus fantasmales, que es el reflejo de creencia humano, excitado por la realización y temor de lo desconocido. La religión revelatoria es expuesta por el verdadero mundo espiritual; es la respuesta del cosmos superintelectual al hambre mortal por creer en las Deidades universales y confiar en ellas. La religión evolucionaria ilustra los intentos tortuosos de la humanidad en búsqueda de la verdad; la religión revelatoria es esa verdad misma.
Ha habido muchos acontecimientos de revelación religiosa pero sólo cinco de significado de época. Éstos fueron como sigue:
1. Las enseñanzas dalamatianas. El verdadero concepto de la Primera Fuente y Centro fue promulgado por primera vez en Urantia por los cien miembros corpóreos del séquito del Príncipe Caligastia. Esta revelación de la Deidad en expansión duró más de trescientos mil años hasta que fue repentinamente interrumpida por la secesión planetaria y la ruptura del régimen de enseñanza. Excepto por el trabajo de Van, la influencia de la revelación dalamatiana prácticamente se perdió en todo el mundo. Aun los noditas habían olvidado esta verdad al tiempo de la llegada de Adán. De todos los que recibieron las enseñanzas de los cien, los hombres rojos las conservaron por más tiempo, pero la idea del Gran Espíritu no era sino un concepto nebuloso en la religión amerindia cuando el contacto con el cristianismo lo aclaró y fortaleció grandemente.
2. Las enseñanzas edénicas. Adán y Eva nuevamente ilustraron el concepto del Padre de todos para los pueblos evolucionarios. La disolución del primer Edén interrumpió el curso de la revelación adánica antes de que hubiera comenzado plenamente. Pero las enseñanzas abortadas de Adán fueron continuadas por los sacerdotes setitas y algunas de estas verdades nunca se han perdido completamente en el mundo. La entera tendencia de la evolución religiosa levantina fue modificada por las enseñanzas de los setitas. Pero hacia el año 2500 a. de J. C. la humanidad había perdido en gran parte de vista la revelación patrocinada en los días del Edén.
3. Melquisedek de Salem. Este Hijo de urgencia de Nebadon inauguró la tercera revelación de la verdad en Urantia. Los preceptos cardinales de sus enseñanzas fueron confianza y fe. Enseñó la confianza en la beneficencia omnipotente de Dios y proclamó que la fe era el acto por el cual el hombre ganaba el favor de Dios. Sus enseñanzas gradualmente se mezclaron con las creencias y prácticas de varias religiones evolucionarias y finalmente se desarrollaron en esos sistemas teológicos presentes en Urantia al principio del primer milenio después de Cristo.
4. Jesús de Nazaret. Cristo Micael presentó por cuarta vez a Urantia el concepto de Dios como Padre Universal, y esta enseñanza en general ha persistido desde entonces. La esencia de su enseñanza era amor y servicio, la adoración amante que la criatura otorga voluntariamente en reconocimiento del ministerio amante de Dios su Padre, y en respuesta al mismo; el servicio por libre albedrío que estas criaturas otorgan a sus hermanos en la comprensión regocijada de que, mediante este servicio, están sirviendo del mismo modo a Dios el Padre.
5. Los documentos de Urantia. Los documentos, de los cuales éste es uno, constituyen la presentación más reciente de la verdad a los mortales de Urantia. Estos documentos difieren de todas las revelaciones previas, porque no son trabajo de una sola personalidad universal sino una combinación de presentaciones de muchos seres. Pero ninguna revelación es completa hasta la que se obtiene cuando se llegue al Padre Universal. Todas las demás ministraciones celestiales no son más que parciales, transitorias y adaptadas prácticamente a las condiciones locales en el tiempo y en el espacio. Aunque estas admisiones puedan tal vez restar la fuerza y autoridad inmediatas a todas las revelaciones, ha llegado el momento en Urantia en que es aconsejable hacer estas declaraciones francas, aun a riesgo de debilitar la influencia futura y autoridad de éstas, las más recientes revelaciones de la verdad para las razas mortales de Urantia.