Cuando tenemos expectativas o buscamos a otros para que nos den satisfacción en
cualquier nivel, estamos destinados a ser decepcionados y a reaccionar de manera
negativa.
Las expectativas no requieren mucho de nosotros. Éstas permanecen en un marcado
contraste en comparación con la disposición para crear lo que deseamos que ocurra,
en lugar de simplemente esperar por los resultados.
Cuando estás ocupado creando tu propia satisfacción, no sentirás la necesidad de
buscarla en otros.