Al entrar al Reino, no podéis escapar de las responsabilidades, ni evitar sus obligaciones, pero recordad que el yugo es fácil y la carga es ligera.
Libro de Urantia. Pág.1766
Munchas veces se piensa que el actuar bien, el no hacerle mal a nadie, debería necesariamente liberarnos de los problemas y los sufrimientos, pero ésto no es posible si queremos en verdad evolucionar, pues "la sabiduría del hombre, nace de las pruebas y los errores de la experiencia humana." 58 ¿Qué gracia tiene sentirnos en paz cuándo en nuestra vida todo parece ir bien? ¿Cuando el éxito y el amor parecieran ser nuestros eternos compañeros?
Cuando el fracaso nos marca, cuando la enfermedad nos aflige, cuando la soledad, el olvido y la desilusión parecen reemplazar al amor, es cuando verdaderamente podemos darnos cuenta de nuestro grado de espiritualidad y aceptación a la voluntad divina, porque "es en los momentos de prueba que se revela el alma del hombre, la prueba muestra lo que verdaderamente alberga su corazón."1824
Las pruebas, los sufrimietos jamás serán un castigo de Dios, muy por el contrario son las muestras de su amor paterno, porque al hacernos el camino más difícil nos está permitiendo crecer moral y espiritualmente, porque "el dolor y el sufrimiento son esenciales para la evolución progresiva."951 porque cuando en medio de ellos somos capaces de reconocer la mano cariñosa de nuestro Padre, nos acercamos a él de una manera muy especial, porque el sufrimiento adquiere conciencia y significado.
Por eso Jesús nos dice: "Cuando mis hijos tengan autoconciencia de la seguridad de la presencia divina, esa fe les expandirá la mente, les ennoblecerá el alma, les reforzará la personalidad, les aumentará la felicidad, les profundizará la percepción espiritual, y aumentará su capacidad para amar y ser amados. Enseñad a todos los creyentes que los que entran al reino no se vuelven inmunes a los accidentes del tiempo, ni a las catástrofes ordinarias de la naturaleza. El creer en el evangelio no prevendrá los problemas, pero sí asegurará que vosotros actuaréis sin miedo cuando los problemas ocurran. Si os atrevéis a creer en mí y procedéis de todo corazón en mis huellas, vosotros al así hacerlo os encaminaréis sin lugar a dudas por una senda certeramente dificultosa. No os prometo liberaros del mar de adversidades, pero sí os prometo que navegaré a través de todas ellas con vosotros."1767
El sentir la presencia del Espíritu residente en nosotros, nos da una paz que no se puede definir con palabras, porque desaparece el miedo al dolor, a lo desconocido , porque entonces no tratamos "de huir de nuestro ser infeliz" porqye sabemos que eso no es posible, pero a la vez sabemos que "tu mente debe ser tu aliado valiente para la solución de los problemas de tu vida en vez de ser tú, como lo has sido, su abyecto esclavo atemorizado, siervo de la depresión y la derrota. Pero lo más valioso de todo, tu potencial para del logro verdadero, es el espíritu que vive dentro de ti, que estimulará e inspirará tu mente para que se controle a sí misma y active a tu cuerpo, si lo liberas de las cadenas del temor, permitiendo así que tu naturaleza espiritual comience a liberarte de los males de la inacción mediante el poder-presencia de la fe viviente. Verás entonces que esta fe derrotará el miedo a los hombres, mediante la presencia apremiante del nuevo y todo dominante amor por tus semejantes que pronto llenará tu alma hasta rebasarla gracias a la conciencia que habrá nacido en tu corazón de que eres un hijo de Dios. Este día, hijo mío, renacerás, restablecido como hombre de fe, coraje y dedicado servicio al hombre, para la gloria de Dios. Y cuando te hayas reajustado así con la vida dentro de ti, también te habrás reajustado con el universo; habrás vuelto a nacer, a nacer del espíritu, y de ahí en adelante toda tu vida será de logro victorioso. Los problemas aumentarán tu vigor; la desilusión te servirá de acicate; las dificultades serán un desafío; los obstáculos, un estímulo."1439
Caminemos sin miedo por los senderos escarpados de la vida, porque nunca estaremos solos, nuestro Espíritu residente, esa parte de Dios en nosotros nos enseñará a encontrar la felicidad y sacar siempre fuerzas de nuestras propias flaquezas.
yolanda silva solano