El resentimiento cambia su perspectiva de la relación, usted comienza a ser menos benévolo con el otro; algunas cosas
que antes no le molestaban ahora las encuentra insoportables y, aún más, lo que todavía funciona bien entre los dos, empieza a parecerle falso o sin sentido.
Esto lo aplica no sólo al presente y al futuro sino a su análisis del pasado, y allí encuentra muchos motivos de queja de los que “no se había dado cuenta antes”.
Este es el momento en que usted se pregunta: “¿Por qué fui tan ciego o ciega ante todo esto?, ¿cómo fue que deje que esto sucediera y no reaccioné? Lo que pasa es que ahora está mirando las cosas con otros “ojos”. Ya no tiene la flexibilidad, la comprensión y la buena voluntad que tenía es ese momento hacia esa persona. Ahora, debido a su herida, usted se ha convertido en “un enemigo” y ya no está dispuesto a disculpar nada.
(Tomado de El Resentimiento, ¿Le hace mal al otro o a usted mismo? -Carlos Devis)