Con cuánta facilidad el dinero se nos “pega”, nos atrapa y nos vuelve esclavos!
El dinero (expresión económica del trabajo humano) es necesario para vivir con las necesidades básicas cubiertas.
El dinero no es ni bueno ni malo. Nosotros somos los buenos o malos administradores.
Todos corremos el peligro de ser infieles a Dios en el uso del dinero, la riqueza económica y los bienes materiales; en emplearlos sólo en nuestro provecho olvidando socorrer a cuantos padecen necesidad y tienen menos que nosotros.