“Jesús no requiere que sus discípulos crean en él, sino mas bien que crean con él. Que crean en la realidad del amor de Dios y acepten con plena confianza la certeza de la seguridad de la filiación con el Padre celestial. El Maestro desea que todos sus seguidores compartan plenamente su fe trascendental. Jesús desafió en forma enternecedora a sus seguidores, no sólo a que creyeran lo que él creía, sino que creyeran como él lo hacía."1425
Este es el significado pleno de su requisito supremo: ¡ Sígueme ! . “Seguir a Jesús, significa compartir personalmente su fe religiosa y entrar en el Espíritu de la vida del Maestro de servicio altruista del hombre. Una de las cosas más importantes del vivir humano es descubrir que creía Jesús, cuales eran sus ideales y luchar por alcanzar este propósito excelso de la vida. De todo conocimiento humano, el que tiene mayor valor es conocer la vida de Jesús y cómo El la vivió” 2090.
Sí, el llamado hoy como ayer, sigue siendo el mismo : ¡Sígueme ! Pero no como una oveja sigue a su pastor, sino como una individualidad consiente de su dignidad y responsabilidad de su filiación divina, porque “el hombre mortal ha poseído siempre la dote de elección del libre albedrío en cuanto a la carrera al Paraíso” 620. Porque " El hombre mortal puede acercarse a Dios y puede abandonar repetidamente la voluntad divina mientras conserve la facultad de elegir. La sentencia del hombre no está sellada hasta cuando haya perdido la facultad de elegir la voluntad del Padre."64
“Tal vez algún día ocurra una Reforma de la iglesias cristianas, tan profunda como para producir el regreso a las enseñanzas religiosas no modificadas de Jesús, el autor de nuestra fe. Podéis predicar una religión sobre Jesús, pero por fuerza debéis vivir la religión de Jesús” 2091, debemos “ buscar no tanto lo que Él enseñó sino lo que Él hizo” 2089 y que su ejemplo sea nuestra fuerza para hacer libremente la voluntad de nuestro Padre por amor y no por obligación a lo que otros nos dicen, ni menos por temor al castigo pues "el corazón del Padre no se cierra jamás a las necesidades y solicitudes de sus hijos. Son sus vástagos los que cierran sus corazones para siempre al poder de atracción del Padre cuando finalmente y para siempre pierden el deseo de hacer su divina voluntad: conocerle y ser semejante a él. Del mismo modo, el eterno destino del hombre está asegurado cuando la fusión con el Ajustador proclama al universo que ese ascendiente ha hecho la elección definitiva e irrevocable de vivir la voluntad del Padre."64
yolanda silva solano