LA ESFERA DE ACCION DE LA ORACION
La oración, a menos que esté vinculada con la voluntad y las acciones de las fuerzas personales espirituales y de los supervisores materiales del reino, no puede tener efecto directo sobre el medio ambiente físico. Aunque existe un límite muy definido de la jurisdicción de las solicitudes de la oración, este límite no se aplica en forma equivalente a la fe de aquellos que oran.
La oración no es una técnica para curar males reales y orgánicos, pero ha contribuido enormemente al disfrute de abundante salud y a la cura de numerosos sufrimientos mentales, emocionales y nerviosos. Aun en el caso de verdaderas enfermedades bacterianas, la oración muchas veces ha contribuido a la eficacia de otros procedimientos de curación. La oración ha transformado a muchos inválidos irritables y quejumbrosos en un ejemplo de paciencia, una inspiración para todos los demás humanos sufrientes.
Aunque resulte muy difícil reconciliar las dudas científicas sobre la eficacia de la oración con el impulso siempre presente de buscar ayuda y guía de las fuentes divinas, no olvidéis jamás que la oración de fe sincera es una fuerza poderosa para la promoción de la felicidad personal, del autocontrol individual, de la armonía social, del progreso moral y del logro espiritual.
La oración, aun como práctica puramente humana, un diálogo con el propio otro yo, constituye una técnica del acercamiento más eficiente a la realización de aquellos poderes de reserva de la naturaleza humana que están almacenados y conservados en los dominios inconscientes de la mente humana. La oración es una práctica psicológica sana, aparte de sus implicaciones religiosas y de su significación espiritual. Es un hecho de la existencia humana que la mayoría de las personas, si las circunstancias los apremian bastante, oran de alguna manera ante alguna fuente de ayuda.
No seas tan perezoso como para pedir a Dios que solucione tus dificultades, pero no vaciles jamás en pedirle sabiduría y fuerza espiritual para guiarte y sostenerte mientras atacas con resolución y valor los problemas que te enfrentan.
La oración ha sido un factor indispensable en el progreso y la preservación de la civilización religiosa, y aún contribuye poderosamente al enaltecimiento ulterior y la espiritualización de la sociedad si los que oran lo hacen a la luz de los hechos científicos, la sabiduría filosófica, la sinceridad intelectual y la fe espiritual. Orad tal como Jesús enseñó a sus discípulos: honesta y altruísticamente, con justicia y sin dudar.
Pero la eficacia de la oración en la experiencia espiritual personal del que ora no depende de ninguna manera de la comprensión intelectual del adorador, de su agudeza filosófica, de su nivel social, de su posición cultural, ni de otros atributos mortales. Los concomitantes psicológicos y espirituales de la oración de fe son inmediatos, personales y experienciales. No existe ninguna otra técnica por la cual todo hombre, sean cuales fueran sus otros logros mortales, pueda tan eficaz e inmediatamente acercarse al umbral de ese reino en el que puede comunicarse con su Hacedor, en el que la criatura se pone en contacto con la realidad del Creador, con el Ajustador del Pensamiento residente.