Con frecuencia se dice que más que la actitud de los malos, lo peor es la debilidad de los buenos…
Ese catolicismo edulcorado, empobrecido por doctrinas humanistas, de acercamiento sentimental a todos los errores, que en este principio del tercer mileno campea por doquier, y que encuentra aceptación de los "sabios" modernos en consonancia con el católico común.
No puede hacer frente a las doctrinas del Anticristo. Los creyentes actuales son pasto seco, preparado para el fuego que arrasará sin remedio a la humanidad. Hoy más que nunca, la principal fuerza de los malévolos es la debilidad de los buenos.
Oremos entonces a Jesús para ser parte de su pequeño rebaño fiel.
Solamente las almas que tienen la conciencia de la grandeza y energía del mismo, están dotadas de un temple a toda prueba, son como de acero.
Estas son las almas que piden a Jesucristo que reine sobre la tierra. Ven ya Señor y purifícala.