“Aunque es totalmente verdad que aquel que contempla y hace el mal no puede derivar bien del mal, es igualmente verdad que todas las cosas, incluyendo el mal potencial o manifiesto, cooperan para el bien de todos los seres que conocen a Dios, aman hacer su voluntad y están ascendiendo hacia el Paraíso de acuerdo con su plan eterno y propósito divino” 616.
Aunque es totalmente verdad que aquel que contempla y hace el mal no puede derivar bien del mal, es igualmente verdad que todas las cosas, incluyendo el mal potencial o manifiesto, cooperan para el bien de todos los seres que conocen a Dios, aman hacer su voluntad y están ascendiendo hacia el Paraíso de acuerdo con su plan eterno y propósito divino” 616. De allí que el perdón no es sólo un acto de generosidad hacia quien nos ha ofendido, sino que es una verdadera liberación para nosotros mismos, porque cada vez que pensamos en la venganza, o la injusticia que nos han hecho, la herida se abre y duele, porque recordamos el daño que nos han hecho y el recuerdo del sufrimiento nos lleva a sentirlo de nuevo.
A la vez no podemos dejar de recordar que Dios nos perdona en la misma forma que nosotros somos capaces de perdonar a quienes nos ofenden." El Padre en el cielo os perdona vuestros pecados, por lo tanto debéis aprender a perdonaros los unos a los otros. Si tu hermano peca contra ti, ve y háblale con tacto y paciencia y muéstrale su error. Haz todo esto a solas con él. Si te escucha, has ganado a tu hermano. Pero si él no te escucha y persiste en el error, ve nuevamente y háblale en presencia de uno o dos amigos comunes, para que haya constancia que confirme tu testimonio que has tratado con justicia y misericordia a tu hermano ofensor. Si tampoco escucha él a vuestros hermanos, podrás relatar el hecho a la congregación y si se niega a escuchar a la hermandad, deja que el grupo decida una acción justa y que este miembro rebelde se vuelva paria del reino” 1763.
yolanda silva solano
"Jesús enseñó los peligros e ilustró la injusticia de presumir juzgar a los semejantes. La disciplina debe ser mantenida, la justicia debe ser administrada, pero en todos los asuntos, debe prevalecer la sabiduría de la hermandad. Jesús impartió la autoridad legislativa y judicial del grupo, no la del individuo. Aun esta autoridad del grupo no debe ser ejercida como autoridad personal. Siempre existe el peligro que la decisión de un individuo sea distorsionada por el prejuicio o la pasión. El juicio del grupo puede prevenir más fácilmente los peligros y eliminar las injusticias de la opinión personal. Jesús trató siempre de minimizar los elementos de la injusticia, la venganza y la represalia” 1764 . “No dejó nunca de advertir a sus discípulos contra la práctica malvada de la represalia, no permitía la venganza, ni la idea de desquitarse. Deploraba el rencor y desaprobaba todo concepto de venganza privada y personal, prefería asignar estos asuntos al gobierno civil por un parte, y al juicio de Dios por la otra. Sus enseñanzas se referían al individuo y no al estado” 1580.
“La justicia natural es una teoría elaborada por el hombre, no es una realidad. En la naturaleza, la justicia es puramente teórica, totalmente ficticia. La naturaleza no ofrece más que una clase de justicia y es la conformidad inevitable de los resultados a las causas. La justicia como la concibió el hombre, significa revindicar los derechos y por tanto es cuestión de evolución progresiva”794. Pero como los hombres somos falibles y volubles Jesús "ilustró la injusticia de presumir juzgar a los semejantes. La disciplina debe ser mantenida, la justicia debe ser administrada, pero en todos estos asuntos debe prevalecer la sabiduría de la hermandad. Jesús impartió la autoridad legislativa y judicial al grupo, no al individuo. Aun esta autoridad del grupo no debe ser ejercida como autoridad personal. Siempre existe el peligro de que la decisión de un individuo se vea distorsionada por el prejuicio o por la pasión. El juicio del grupo puede prevenir más fácilmente los peligros y eliminar las injusticias de la opinión personal."1764
Es bueno tener presente que con la misma vara que juzgamos seremos también juzgados nosotros...
yolanda silva solano