Cuando te sientas en una vorágine, sin alientos y con las alas rotas, no desistas y elige continuar.
Permíteme hablarte de un joven artista que en 1901 realizó su primera exposición en París. Los resultados fueron decepcionantes y su segunda exposición, en 1902, también fue un fracaso. Pero este artista creía en sí mismo, las derrotas no lo amilanaban y su confianza era fuerte como el acero.
Eran años de pobreza y Picasso mostraba en algunas de sus pinturas a los mendigos y los abandonados. Con ellos se identificaba y eso se nota en cuadros de su Período Azul como ‘Comida del ciego’ de 1903 y ‘Comida frugal en 1904’.
El famoso Picasso vivió días oscuros y es bueno recordarlo para motivarnos y recuperar la fe perdida. Si crees y perseveras, el sol volverá a brillar y un día tendrás atisbos del paraíso aunque ahora sólo veas sombras.
G. Gallo