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“Cada ser humano alberga en su interior un hombre superior, distinto del que podríamos llamar hombre ordinario. Este hombre superior permanece oculto hasta que es despertado. Y cada ser humano puede despertar por sí mismo este ser superior dentro de él.”
(Rudolf Steiner)
“El conocimiento de los mundos superiores”. La Tierra gira sobre su eje, dando una vuelta completa cada veinticuatro horas. A medida que la Tierra vuelve sus diferentes partes hacia el Sol, la vida en la Tierra experimenta sucesivamente el día y la noche. Las criaturas terrestres ajustan sus actividades de modo que durante el día desarrollan aquellas actividades que son favorecidas por la luz y el calor, mientras que durante la noche desarrollan actividades que requieren condiciones de oscuridad y frío. Supongamos que vemos el sistema solar desde una nave espacial que vuela de manera que, desde ella, el centro de la Tierra aparece inmóvil. Visto desde esa nave, el Sol parece desplazarse en círculo alrededor de la Tierra. El sendero del Sol está dividido, de modo que una porción discurre sobre el plano del ecuador terrestre (ver figura 1). Cuando el Sol está en la parte de su recorrido sobre el plano ecuatorial (desde el 21 de marzo al 21 de septiembre), los días son más largos que las noches en el hemisferio norte, el cual experimenta la primavera y el verano. Cuando el Sol está en la parte de su recorrido bajo el plano ecuatorial (desde el 21 de septiembre al 21 de marzo), los días son más cortos que las noches en el hemisferio norte, el cual experimenta entonces el otoño y el invierno. La vida en la Tierra ajusta su ritmo al cambio de las estaciones, empleando la primavera y verano para la procreación y crecimiento, y empleando el otoño y el invierno para la recolecta y la hibernación. El momento en que el recorrido del Sol cruza el plano del ecuador terrestre hacia el norte (hacia el 21 de marzo) se denomina equinoccio de primavera. Partiendo de la posición del Sol en el equinoccio de primavera, el sendero solar se divide en doce secciones, llamadas signos del Zodiaco. Así como el átomo parece tener una estructura similar a la del sistema solar, así también esta estructura de doce secciones aparece en varios niveles en el universo. El cuerpo humano puede dividirse en doce partes, cada una de ellas con una sensibilidad especial a las radiaciones solares que proceden de la parte correspondiente del sendero solar. Más allá de las doce partes del cuerpo humano y de las doce partes del sendero solar (los signos del Zodiaco) existen doce formaciones de estrellas fijas, denominadas constelaciones. Debido a un lento movimiento de nutación del eje de rotación de la Tierra, el plano del ecuador terrestre cambia de orientación gradualmente. Esto causa que el equinoccio de primavera cambie su posición relativa respecto a las constelaciones. Visto desde la Tierra, el equinoccio de primavera tuvo lugar en la constelación de Tauro entre el 3700 a.C. y el 1600 a.C. aproximadamente. Se decía entonces de la Tierra que estaba en la Era de Tauro y la adoración al toro destacó en varias religiones. Durante el equinoccio de primavera todo en la Tierra está impregnado de vida, de modo que cuando el equinoccio de primavera tenía lugar en Tauro, el Sol enfocaba una influencia de Tauro en todas las plantas y criaturas terrestres en el momento de su renovación cada primavera. El equinoccio de primavera tuvo lugar en la constelación de Aries entre el 1600 a.C. y el 498 d.C. aproximadamente. Entonces comenzó el culto al cordero. La sangre del cordero fue empleada para proteger a los semitas originales cuando intentaban escapar de la tierra del toro, llamada “Egipto” en el relato bíblico. Cristo se denominó a sí mismo el Cordero de Dios. El equinoccio de primavera entró en la constelación de Piscis hacia el 498 d.C. y continuará en ella hasta aproximadamente el 2638 d.C. Cristo llamó a sus discípulos a ser “pescadores de hombres” y la mitra de los obispos tiene forma de cabeza de pez. El equinoccio de primavera permanecerá en la constelación de Acuario desde el 2638 d.C. hasta el año 4700 d.C. Ya que el equinoccio de primavera no ha alcanzado aún la constelación de Acuario, podríamos preguntarnos por qué hemos de pensar en la Era de Acuario en el tiempo presente. Una razón para mirar hacia delante es que resulta bueno tener presente la meta hacia la que nos dirigimos, para avanzar directamente hacia ella. Otra razón es que, aunque el equinoccio no entrará en la constelación de Acuario hasta el 2638 d.C., el Sol no sólo enfoca las influencias que proceden de un punto sino de una banda del cielo más ancha que los límites físicos del Sol. Esta banda de influencia solar está ya tocando la constelación de Acuario. De modo que, incluso ahora, la influencia acuariana comienza a ser sentida por algunas personas. Otra razón es que, entre los millones de gentes en la escuela de la vida sobre la Tierra, existen algunas lo suficientemente precoces como para avanzar más rápidamente que otras y están preparadas para entrar en una era nueva antes del tiempo previsto para la humanidad como conjunto. Igualmente, algunas podrían necesitar el permanecer en una era antigua después que la mayoría de la humanidad la hubiera dejado ya atrás. La naturaleza encierra ciclos dentro de otros ciclos. En el ciclo día-noche, la temperatura es más templada de día y más fresca de noche. En el ciclo verano-invierno, la temperatura es más cálida en el verano y más fría en el invierno. Como el ciclo verano-invierno se superpone al ciclo día-noche, los días veraniegos tienden a ser más templados que los de invierno y las noches de verano, más suaves que las del invierno. Similarmente, durante una era las características que le son propias se superponen a las de los ciclos menores que van transcurriendo. En la Era de Piscis el Sol se desplaza por los doce signos del Zodiaco anualmente, proyectando influencias de cada uno, pero una influencia de Piscis se superpone en todo momento. En la Era de Acuario el Sol se desplazará por los doce signos del Zodiaco anualmente, pero una influencia acuariana se superpondrá en todo momento. Los astrólogos han observado que una influencia de Piscis estimula que las personas respeten la autoridad, crean aquello que las autoridades les dicen que hagan y obedezcan las leyes promulgadas por las autoridades. Las “autoridades” de Piscis pueden conseguir su puesto por herencia (reyes y otros individuos de “buena cuna” o alta clase social), por el empleo del poder físico (líderes militares, dictadores), o por una dispensación divina (sacerdotes y clérigos). Las tradiciones y costumbres también son establecidas como “autoridades” y se toman como guías de conducta. Una influencia acuariana, por otra parte, estimula el deseo de romper con la tradición y con la norma autoritaria, estimula el deseo de ejercer libremente la propia iniciativa. Acuario está regido por el planeta Urano y una de las características básicas de Urano es la independencia. Otra características básica del planeta Urano es la superación. A medida que las personas sean estimuladas para desarrollar nuevas ideas, se dedicarán a la investigación científica y desarrollarán su propia creatividad. A medida que las personas superen la incomprensión hacia gentes de otros grupos, religiones, razas y naciones, el amor universal se desarrollará. Acuario también está regido por el planeta Saturno, cuya característica básica es el establecimiento de conexiones entre el pasado, el presente y el futuro. En la Era de Acuario se animará a las personas para que desarrollen la comprensión de las relaciones de causalidad y que la usen para conseguir autocontrol. La vida es una escuela. Las diferentes eras pueden ser comparadas con cursos de esa escuela. Así como en una escuela corriente existen ciertas cosas que los estudiantes deben aprender en cada curso, igualmente en cada era existen ciertas cosas que la humanidad debe aprender. Muchos aprenden inconscientemente. Mas al ignorar su meta, vagan y dan muchos pasos innecesarios que no los llevan directamente hacia la meta. Si, por el contrario, estudiamos el plan de la evolución tal como lo enseñan las estrellas, entonces podremos conocer las lecciones que deberíamos estar aprendiendo y movernos directamente y con seguridad hacia la meta sin desperdiciar esfuerzos.
Bibliografía
-Heindel, Max, The Message of the Stars, Oceanside, California: The Rosicrucian Fellowship, 1973. -Heindel, Max, Questions and Answers. Volume 2, Oceanside, California: The Rosicrucian Fellowship, 1947, pp. 349-66.
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