"Al cantar cantos místicos, espirituales, creamos alrededor
nuestro todo un mundo de formas y de colores. Y puesto que somos
nosotros mismos nuestro propio instrumento, estas formas, estos
colores que creamos en el exterior de nosotros, también las
creamos en nosotros, y atraen entidades luminosas, atraen
ángeles, son un alimento para ellos. Los ángeles sólo vienen
si sabemos atraerlos con este tipo de regalos.
Al cantar, abrimos una puerta en el Cielo a través de la cual
pasarán las entidades celestiales. Y la venida de estas
entidades aporta también cambios benéficos en el mundo."
(Omraam Mikhaël Aïvanhov)