Algo o alguien te ha hecho daño, y caminas por la calle
desanimado, apesadumbrado. Pero he ahí que te cruzas con una
cara, con una mirada tan magnífica, que vuelves a tu casa
consolado, aliviado. Es el Cielo quién te ha enviado a alguien
para animarte. No te engañes: si
te encuentras con miradas
así, no es la persona misma quien te la ha dado, sino una
entidad que se ha introducido en ella unos instantes para poder
ayudarte.
Este tipo de experiencias te hacen tomar conciencia de que
estás conectado constantemente con miles de entidades
benevolentes. Vienen a tu encuentro, nunca te abandonan.
¿Por qué no lo sientes? ¿Por qué añadir a los sufrimientos
reales que experimentas el de creerte que estás solo,
privado de todo socorro?
Durante unos momentos estabas como
aniquilado, y después, de repente, recuperas fuerzas y
ánimo. Da, pues, las gracias a todos estos seres que vienen a
tu encuentro. Cuanto más consciente seas, cuanto más
agradecidos, más atraerás su presencia."
(Omraam M. Aivanhov)