Por lo general, nos acostumbramos a la idea de ser "víctimas" y entramos
en una fase peligrosa de la enfermedad llamada "victimitis"
En ocasiones hemos sido capaces de "soltar" la cruz y continuar nuestro
camino livianitos. Pero al avanzar unos metros por el sendero, nos
volteamos y miramos la pesada carga que atrás dejamos, nos invade la
lástima - sentimiento no bueno -. y entonces ¿qué hacemos?
Nos devolvemos, recogemos la cruz, nos la echamos al hombro y comenzamos a
cargar con ella nuevamente. Total para empezar a quejarnos nuevamente.
Tenemos lo que creamos...