Yo nunca hablé contigo. Hoy quiero saludarte: ¿Cómo estás? ¿Tú sabes? Me decían que no existes,
Y yo, tonto, creí que era verdad. Anoche ví tu cielo. Me encontraba oculto en un hoyo de granada...
¡Quién iría a creer que para verte bastara con tenderse uno de espaldas! No sé si aún querrás darme la mano.
Al menos creo que me entiendes. Es raro que no te haya encontrado antes, si no en un infierno como éste.
Pues bien... ya todo te lo he dicho, Aunque la ofensiva nos espera para muy pronto... Dios, no tengo miedo desde que descubrí que estabas cerca.
¡La señal! Bien, Dios, ya debo irme. Olvidaba decirte... que te quiero. El choque será horrible... En esta noche, ¡quién sabe! tal vez llame a tu cielo.
Comprendo que no he sido amigo tuyo, pero... ¿me esperarás si hasta ti llego? ¡Cómo! Mira, Dios, ¡estoy llorando!
Tarde te descubrí... ¡Cuánto lo siento! Dispensa: debo irme.. ¡buena suerte! (Qué raro... sin temor voy a la muerte...)
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