Como todo ocultista sabe y hoy incluso la física cuántica afirma, el hombre conoce el mundo
físico según se representa éste en su cerebro una vez recibida la información por medio de
los sentidos de nuestro cuerpo; a lo que hay que añadir que “somos conscientes” de las
percepciones de los sentidos gracias a la mente. Estas líneas podrían dar respuesta a la
pregunta ¿Cómo observamos el mundo físico? Pero, lo que somos es algo diferente, aunque
también relacionado con el cerebro y los sentidos. Lo que somos está fundado en toda la
información recibida y guardada desde que nacemos (educación, enseñanzas, hábitos, normas
sociales, etc.) pero administrada e interpretada según la consciencia y el desarrollo moral,
intelectual, espiritual y evolutivo de cada individuo, sin embargo, todo lo dicho hasta
ahora tiene más de irreal que de real. La verdad es que, como siempre ha afirmado
la filosofía oculta, lo que vemos fuera de nosotros y que llamamos mundo físico es la
condensación de energías o energías vibrando a baja frecuencia, como así lo demuestra
también la física actual. Por tanto, lo que vemos dentro de nosotros es una copia eléctrica
(señales eléctricas que llegan al cerebro) del mundo físico o externo, por eso, nosotros,
en realidad vivimos en lo interno y recibimos la información y experimentamos en lo externo.
Nosotros, como seres internos que somos, no podemos alcanzar el mundo externo
puesto que somos los observadores y experimentadores desde lo interno, y esto es así
porque, al igual que el mundo físico, nuestro cuerpo físico también es energético e irreal para
el “Ser”. Aunque muchos digan que el mundo y el cuerpo físico son reales, la verdad es
que nosotros (el ser o consciencia) sólo percibimos la información que nos facilitan los
sentidos, siendo ésta imágenes creadas gracias a los impulsos eléctricos que llegan al
cerebro y de éste a la mente. Ahora no nos queda más remedio que hacernos la
pregunta del millón ¿Existe el mundo físico? En realidad sólo es real para los sentidos
y son éstos los que nos han hecho creer desde que existen, que el mundo es físico. Por
tanto, sí lo es para la consciencia objetiva que centra su atención en lo externo y para los
sentidos, pero no lo es para el verdadero Ser o Yo puesto que lo que recibe son imágenes
“no físicas” de lo que existe fuera de él y que en realidad también es energía (protones
con sus correspondientes partículas) La ciencia decía no hace tanto tiempo que el átomo
y, por tanto, el mundo son materia y situaba al hombre ahí con su cuerpo material, pero
hoy, al descomponer el átomo y las partículas que lo componen (protones, neutrones,
electrones…) afirman que el cuerpo y el mundo físico no son materia física sino energías
que vibran a muy diferentes frecuencias.
Esto acerca mucho la ciencia a la filosofía oculta y de hecho la física cuántica se está
haciendo complementaria del ocultismo, pero lo que la ciencia posiblemente no
sepa aún es que las partículas últimas descubiertas son una pequeña parte de las
partículas originales que formaron el mundo físico. El mundo físico está formado por
cuatro éteres sobre los que la ciencia aún nada sabe, y cuando descubra eso se dará
cuenta de que los deseos, sentimientos, emociones y pensamientos que forman
parte de nosotros también son “materia” o partículas que están entre el cuerpo físico
y el verdadero Ser autoconsciente. Es muy posible que la ciencia se pregunte ¿Cómo
es que esas energías (materia) se agrupen y reagrupen para dar forma a los cuerpos?
La respuesta de la filosofía oculta es que esos cuatro éteres, según su naturaleza, son
los que forman los moldes energéticos sobre los cuales se adhieren y organizan los
átomos de la Tabla Periódica para crear los diferentes tipos de “materia” que
normalmente llamamos sólido, líquido y gaseoso. Pero la filosofía oculta también
afirma que esos moldes energéticos o etéricos tienen su origen en el Mundo del
Pensamiento y que por ese motivo, el hombre necesita la mente para ser consciente
de lo que perciben los sentidos, lo que, a su vez demuestra, que el verdadero
ser humano, el receptor, está en un mundo o dimensión superior a la
mente o Mundo del Pensamiento.
Si nuestro cerebro, al cual llega la información de los sentidos, está compuesto
de materia como el resto del cuerpo (misma composición atómica) deberíamos
percibir con todo el cuerpo pero sabemos que no es así, luego entonces ¿Dónde
se encuentra el percibidor o receptor? Los impulsos eléctricos que llegan al cerebro
y que se transforman en imágenes actúan así para que la mente las perciba y el
observador o Yo quede informado. Estas imágenes se perciben gracias a los sentidos
y al cerebro físico, pero sabemos que una imagen despierta un sentimiento, deseo
o emoción y que éstas hacen que la mente responda, consciente o inconscientemente,
con un pensamiento. Esto significa que las percepciones de los sentidos pasan por
varios mundos que la filosofía oculta llama Mundo de Deseos o Emocional y Mundo
del Pensamiento, y es en las regiones superiores de este último donde se encuentra el
verdadero Yo receptor de lo que existe fuera de él. De ahí que una persona con
algún problema serio en la mente, no pueda responder y actuar correctamente
con su cuerpo y en el mundo físico, ya que la conexión entre el Yo y sus cuerpos
(cerebro, cuerpo de deseos y mente) falla en algún lugar. Así es que, el que siente
y tiene deseos, el que piensa, y el que afirma conscientemente “yo soy yo”, no está
en el mundo ni en el cuerpo físico, ni tampoco en el Mundo de Deseos o emocional
ni en su cuerpo de deseos, ni tampoco es la mente porque ésta es el foco a través del
cual él percibe y responde ante los hechos y circunstancias que afectan a su cuerpo
físico y a sus sentidos. El Yo es el Alma o Ego que evoluciona renacimiento tras
renacimiento creando esos mismos cuerpos en cada vida pero siendo los mismos
cada vez más desarrollados y más sensibles a las influencias de los mundos espirituales.
Una vez comprendido todo lo anterior ¿Qué es y dónde queda lo que llamamos muerte?
Si el cuerpo físico es un mero instrumento para tener experiencias y obtener el
conocimiento necesario que nos haga evolucionar; si el cuerpo de deseos (de
partículas de “materia” más sutiles) no somos nosotros sino que es el aliciente
para actuar y responder sentimental y emocionalmente ante lo que nos ocurre y lo
que nos rodea; y si la mente, de materia aún más sutil, es el medio para que el Ego
perciba el mundo físico y para que responda consciente y razonablemente ante
cualquier hecho o circunstancia, ¿Quiénes somos y dónde existimos? Somos
el Ego o Alma que contiene los resultados de todas las anteriores vidas y que,
desde las regiones abstractas del Mundo del Pensamiento percibimos y
experimentamos en el mundo físico a través de nuestros diferentes cuerpos; lo
que significa que cuando el cuerpo físico muere no morimos nosotros sino que seguimos
expresando sentimientos, deseos, emociones y pensamientos. De ahí que la filosofía
oculta afirme que la muerte no existe para el verdadero ser humano.
La ciencia comienza a admitir que el hombre es o tiene un Alma, es decir, comienza a
admitir que la filosofía oculta tiene razón en lo que lleva diciendo hace siglos. También
algunos físicos están comenzando a admitir que todo lo creado ha debido tener su
origen en algún ser inmensamente superior a nosotros. Además de los mundos
invisibles y superiores que hay por encima del físico, ni siquiera éste último ha
podido surgir de la nada o de un caos como algunos todavía firman. El origen de todo
lo que percibimos tiene que ser una fuente creadora infinitamente más inteligente y
pura que cualquier humano; nadie sino un Dios puede crear una obra tan perfecta,
justa y ordenada como el mundo y el cuerpo físico del hombre. Esa Fuente creadora
mantiene su creación con nuevas creaciones constantemente porque si no fuera
así Su creación desaparecería. Pongamos dos ejemplos:
1º.- Nosotros somos como Él en sentido de que (Como Egos en el Mundo del
Pensamiento) desde que nacemos estamos experimentando y creando con nuestros
propios cuerpos que también son creación nuestra (cuerpo físico, cuerpo de deseos y
mente) y si elimináramos esos cuerpo se acabaría todo y nos quedaríamos desnudos
en nuestro mundo espiritual, solos y sin creación alguna donde expresarnos. Así
mismo ocurre con Dios, Él manifiesta su creación de mundos (como nosotros de
nuestros cuerpos) para expresar Su naturaleza y la mantiene gracias a las experiencias,
creaciones y actividad que se producen en ellos; igualmente, nosotros mantenemos
nuestra creación de varios cuerpos gracias a la acción, reacción y expresión creativa en
cada uno de ellos con el fin de evolucionar un poco más en cada vida.
2º.- Si la creación de Dios fuera un programa informático creado por Él en el cual fuera
haciendo nuevas incorporaciones según un Plan previsto desde el origen o idea original
(como las series de TV.) dicha creación se mantendría gracias a Su atención y a sus
nuevas creaciones añadidas; pero si dejara de hacer eso y apagase el ordenador, toda
Su creación se acabaría. Nosotros estamos en ese escenario como parte de Su creación
y de Su Plan cuyo final es desarrollar Sus poderes que tenemos latentes en
nosotros e identificarnos con Su conciencia.
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