Jesús es el modelo perfecto del hombre nuevo. Dios nuestro Padre nos invita a transformarnos en él, haciendo nuestros, sus sentimientos y actitudes. Para lograrlo nada mejor que meditar e interiorizar sus palabras y ejemplos cada día, con el Evangelio en la mano. Ojalá que como san Pablo puedas decir “Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí”.
Oh Jesús, todavía estás cada día entre nosotros y estarás con nosotros por siempre. Tú ves, nuestra necesidad. Necesitamos de ti, y de nadie más. Sólo tú puedes advertir cuán grande, cuán inmensamente grande es la necesidad que tenemos de ti en esta hora del mundo. El hambriento se imagina que busca pan, y en realidad tiene hambre de ti. El sediento cree desear tan sólo tomar agua y en realidad tiene necesidad y sed de ti. El enfermo se ilusiona con el ansia de la salud y su mal está en la ausencia de ti. Tenemos necesidad de ser salvados sin demora por ti. G. Papini.