.
3. EL SERMÓN EN GÉRASA
Cuando Jesús y los doce se reunieron con los mensajeros del reino en Gérasa, uno de los fariseos creyentes hizo esta pregunta: «Señor, ¿habrá pocos o muchos que se salvarán?» Jesús dijo en respuesta:
«Se os ha enseñando que sólo los hijos de Abraham serán salvados, que sólo los gentiles adoptados pueden esperar la salvación. Algunos entre vosotros habéis razonado que, puesto que las Escrituras dicen que sólo Caleb y Josué entre todas las huestes que salieron de Egipto vivieron para entrar a la tierra prometida, tan sólo comparativamente pocos entre los que buscan el reino del cielo podrán entrar a él.
«También existe entre vosotros otro proverbio, que contiene mucha verdad: que el camino que conduce a la vida eterna es recto y angosto, que la puerta de entrada es asimismo angosta, de manera que, de todos los que buscan la salvación, pocos pueden conseguir entrar por esta puerta. También conocéis una enseñanza de que el camino que conduce a la destrucción es amplio, que la entrada a la misma es ancha, y que muchos eligen seguir este camino. Este proverbio indudablemente tiene significado. Pero yo declaro que la salvación es en primer término un asunto de selección personal. Aunque la puerta que conduce al camino de la vida sea angosta, es lo suficientemente ancha como para admitir a todos los que buscan sinceramente entrar, porque yo soy esa puerta. Y el Hijo jamás le negará ingreso a un hijo del universo que, por la fe, busca encontrar al Padre a través del Hijo.