La existencia cotidiana se compone de una serie de encuentros a los que no prestamos suficiente atención. ¿Qué es respirar, comer, beber, lavarse, recibir la luz y el calor del sol, si no encuentros con los cuatro elementos: la tierra, el agua, el aire y el fuego? No sólo estos encuentros constituyen toda nuestra existencia, sino que ésta también depende de ellos.
Cada día entramos en contacto con los cuatro elementos: con la tierra cuando comemos, con el agua cuando bebemos y nos lavamos, con el aire cuando respiramos, y con el fuego cuando lo encendemos, y también cuando recibimos la luz y el calor del sol.
Los cuatro elementos no son únicamente estas fuerzas de la naturaleza que vemos manifestarse excepcionalmente cuando se producen fenómenos como los terremotos, las tempestades, los tornados o las erupciones volcánicas. Forman parte de nuestra vida más cotidiana y podemos, por tanto, entrar cada día en relación con ellos conscientemente."
(Omraam M. Aivanhov) |