Jesús no se conformaba con enseñar por medio de la palabra, El predicaba con el ejemplo, los apostóles no comprendían la actitud del Maestro, por eso les dijo «¿Comprendéis realmente lo que os he hecho? Me llamáis Maestro, y me llamáis bien, porque eso soy. Si, pues, el Maestro os ha lavado los pies, ¿por qué vosotros no queríais lavaros los pies unos a otros? ¿Qué lección debéis aprender de esta parábola en la que el Maestro tan voluntariosamente hace este servicio que sus hermanos no se ofrecían hacer unos para con los otros? De cierto os digo: Un siervo no es más grande que su amo; tampoco es más grande el que es enviado que el que lo envía. Habéis visto el camino del servicio en mi vida entre vosotros, y benditos sois vosotros que tendréis el coraje y la gracia de servir así. ¨Pero, ¿por qué seréis tan lentos en aprender que el secreto de la grandeza en el reino espiritual difiere de los métodos del poder en el mundo material?"
«Cuando entré a este aposento esta noche, no os conformábais con negaros orgullosamente a lavaros los pies unos a otros, sino que también caístéis en disputas entre vosotros, sobre quiénes se merecían los sitios de honor en mi mesa. Esos honores los buscan los fariseos y los hijos de este mundo, pero no debería ser así entre los embajadores del reino celestial. ¿Acaso no sabéis que no puede haber sitio de preferencia en mi mesa? ¿Acaso no comprendéis que amo a cada uno de vosotros como a los demás? ¿Acaso no sabéis que el sitio junto a mí, que significa un honor entre los hombres, nada significa en cuanto a vuestro estado en el reino del cielo? Sabéis que los reyes de los gentiles tienen señorío sobre sus súbditos, y que los que ejercen esta autoridad son llamados a veces benefactores. Pero no será así en el reino del cielo. El que quiere ser grande entre vosotros, que sea como el más joven; y el que quiere ser jefe, que sea como el que sirve. ¿Quién es más grande, el que se sienta a comer, o el que sirve? ¿Acaso no se piensa comúnmente que el que se sienta comer es más grande? Pero observaréis que estoy entre vosotros como el que sirve. Si estáis dispuestos a ser consiervos conmigo para hacer la voluntad del Padre, en el reino venidero os sentaréis conmigo en poder, aún haciendo la voluntad del Padre en la gloria futura 1940"
Este relato casi no merece comentario alguno, es para ser meditado con humildad y sinceridad, porque no es fácil el aceptar que para ser un hijo de Dios, hay que vivir las enseñanzas de Jesús. lo cual significa estar dispuesto a amar a nuestros hermanos, a servirlos y a no buscar los honores, ni las recompesas que halaguen nuestro ego, porque "de todos los peligros que acechan a la naturaleza humana y arriesgan su integridad espiritual, el orgullo es el peor.1223 y ¡es tan fácil sentirse superior porque sabemos un poco más!
Cerremos nuestros ojos he imaginemos que frente a nosotros tenemos a la persona que en este momento sentimos más ajena a nosotros... o a esa que nos ha herido con su incomprensión y falta de amor...y al igual que lo hizo Jesús... inclinémonos ante ella y mirándola a los ojos... enviémosle nuestras mejores vibraciones de amor, perdón y empatía... De esta forma estaremos lavando nuestra propia alma...y asemejándonos un poquito a Jesús... al poner en práctica sus enseñanzas. El no vaciló cuando llegó el turno de lavar los piés de Pedro y de Judas...
yolanda silva solano