Cuando surge un problema en nuestra vida, nuestro instinto natural es tratar de deshacernos de este. Parece suficientemente lógico ¿verdad? Si tienes un problema, o buscas deshacerte de él o quieres encontrar la manera de escapar de él. El único inconveniente es que, tan pronto como un problema es supuestamente resuelto, ¡surge otro en su lugar! Podemos cambiar de trabajo, pareja o religión pero hasta que no cambiemos internamente, atraeremos circunstancias y personajes similares todo el tiempo.
Creemos equivocadamente que ya que nuestros problemas son externos, necesitamos arreglar el exterior. Hacer cambios dentro de nosotros mismos es la clave para experimentar plenitud duradera
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