Existe una historia famosa acerca de un estudiante que se dirigió a su maestro y le preguntó si podría enseñarle todos los preceptos espirituales mientras estaba parado sobre una pierna. El sabio accedió diciendo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo. El resto es comentario. Ahora ve y aprende”.
Sin embargo, el amor no ocurre tan fácilmente, algunas veces ni siquiera entre los amigos o familiares. Si los miembros de nuestra familia no fuesen nuestros hermanos y hermanas, o nuestros padres, ¿aún los amaríamos? Si la mayoría de la gente respondiese honestamente a esta pregunta, dirían que no. No hay duda de ello: El amor puede ser un trabajo difícil, especialmente amar a aquéllos que están más cerca de nosotros.
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