"En general, no son los hombres de bien los que más hincapié hacen en la deshonestidad, la injusticia y la maldad de los demás ni los que se muestran más desconfiados. Al contrario, a menudo son aquéllos que tienen estos defectos quiénes sin cesar aluden a ellos por todas partes. ¿Por qué? Porque una naturaleza viciosa tiende siempre a fijarse en todo lo que es malo y vicioso como ella.
Los que poseen grandes cualidades morales, no se interesan demasiado por los defectos de los demás, a veces ni siquiera les prestan atención, y si los notan, no se fijan demasiado en ellos porque tienen tendencia a ver a los demás a través de las cualidades que ellos mismos poseen.
Cada ser humano sólo puede ver a través de sus propios ojos, y es él mismo quien modela estos ojos con sus pensamientos y sus sentimientos. Si te encuentras con gente que sólo te habla de las lagunas o del mal comportamiento de los demás, sabe que, de una forma o de otra, las revelaciones que te hacen se refieren a ellos mismos en primer lugar. Si fueran nobles, bondadosos y honestos, descubrirían también en los demás estas buenas cualidades y te hablarían primero de ellas."
(Omraam M. Aivanhov)
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