"La Inteligencia cósmica le ha dado al hombre los medios para penetrar sus misterios, y la respiración es uno de estos medios. Si los filósofos se aplicasen en practicar una respiración consciente, resolverían problemas que siguen siendo aún enigmas para ellos.
La capacidad de pensar va unida a la respiración. Aunque los pulmones no tengan una acción directa sobre el cerebro, son un factor esencial porque contribuyen a la purificación de la sangre. Y cuando la sangre es pura, irriga el cerebro depositando en él los elementos que favorecen el trabajo del pensamiento y por tanto, la meditación.
Los ejercicios de respiración tienen, pues, un papel capital a desempeñar en la vida de un espiritualista, y éste debe organizar su tiempo de forma que pueda hacer estos ejercicios cada mañana en ayunas. Después del desayuno ya no es lo mismo, los pulmones encuentran obstáculos en sus movimientos y hasta pueden resultar nocivos. Siempre hay que hacer los ejercicios de respiración en ayunas, o bien cuatro o cinco horas después de haber comido.
Pero el momento más favorable es el de la salida del sol, porque a través de la respiración podemos captar en el aire esta quintaesencia tan preciosa que los yoguis hindúes han llamado prana. El prana está en la base de todas las energías del cosmos, y es por la mañana a la salida del sol cuando es más abundante. Para poder beneficiarnos de él debemos estar atentos y concentrados, porque a través del aire que respiramos, es Dios también el que nos dice: «Respira, escucha, y oirás mi palabra.»"
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