"El verdadero gozo es una disposición del alma que, más allá de las dificultades, de los obstáculos y las penas, es capaz de sentir la vida como un don de Dios, un don por el que experimenta gratitud y la necesidad de dar gracias.
Si quieres recibir a menudo las visitas del gozo, cultiva en ti este sentimiento de gratitud hacia el Creador, y no sólo hacia el Creador, sino también hacia la naturaleza, hacia los seres humanos.
De esta manera, incluso cuando sin tener ninguna razón en particular para alegrarte, este sentimiento que te habrás acostumbrado a mantener, te cogerá por sorpresa... Como estos amigos muy queridos que llegan a veces de imprevisto para hacerte una visita que no esperabas."