La vanidad necesita de público, la bruja del cuento necesitaba que el espejo le recordara constantemente que ella era la más linda... y cuando el espejito la contradijo se desataron en ella sus peores pasiones. Esta alegoría tiene mucho de verdad, porque el vanidoso no lo es en un solo aspecto, sino que se revela en toda su vida, haciéndola muy degraciada, porque estar siempre en búsqueda de la aceptación de terceros es muy desgastador, porque es perseguir como una realidad, algo que sólo es una ilusión, la ficción de una fantasía
"Si se amplía la vanidad para incluir el orgullo, la ambición y el honor, entonces se puede discernir no solamente cómo estas propensiones contribuyen a la formación de las asociaciones humanas, sino, además, cómo también mantienen unidos a los hombres, puesto que tales emociones son vanas sin espectadores ante quienes hacer ostentación."765
La vanidad arruina los mejores propósitos y obras de bien, porque si ellos se hacen por un sentimiento de superioridad frente a los demás, con altanería o arrogancia no tienen el más mínimo valor moral y por lo mismo, no atraen la paz, ni a la felicidad, porque "mucho de la pena del hombre nace de la desilusión de sus ambiciones y de las heridas a su orgullo. Aunque los hombres tienen el deber para consigo mismos de hacer lo mejor que pueden con sus vidas en la tierra, habiendo hecho ese sincero esfuerzo deberían aceptar su destino con alegría y aplicar su ingenio a sacar el mayor provecho de lo que les tocó en suerte. Muchísimos de los problemas de los hombres se originan en el temor que alberga su propio corazón."1674
"La valentía que se requiere para efectuar la conquista de la naturaleza y trascenderse a sí mismo, es una valentía que puede sucumbir ante las tentaciones del autoorgullo. El mortal que puede trascenderse a sí mismo podría rendirse a la tentación de deificar su propia autoconciencia. El dilema mortal consiste en el doble hecho de que el hombre está encadenado a la naturaleza mientras que al mismo tiempo posee una libertad única: la libertad de la elección y acción espiritual. En los niveles materiales el hombre se encuentra sirviendo a la naturaleza, mientras que en los niveles espirituales triunfa sobre la naturaleza y sobre todas las cosas temporales y finitas. Dicha paradoja es inseparable de la tentación, del mal potencial, de los errores de decisión, y cuando el yo se vuelve orgulloso y arrogante, es posible que evolucione en pecado."1222
Estemos atentos, para no ser presas fáciles para la vanidad espiritual y a la vez, tengamos el valor para denunciar a tiempo lo que sea preciso, porque el silencio de los buenos es tan malo como los que hacen el mal.
yolanda silva solano