"Todos los hábitos perjudiciales para nuestra salud física y psíquica, pueden ser comparados con intrusos que han forzado la puerta de una morada para instalarse en ella. Son innumerables los ocupantes con los que cada uno debe enfrentarse, es decir, todos los impulsos instintivos que le asaltan: los celos, la ira, el rencor, la codicia, la gula, la sensualidad, el orgullo, la vanidad, etc.
De todos los posibles ocupantes, el más peligroso es, ciertamente, la pereza. ¿Por qué? Porque se agarra a la voluntad. Comprendemos lo que hay que hacer, sentimos que deberíamos hacerlo, pero la voluntad no coopera; y como la voluntad es el punto de partida de toda decisión, las fuerzas vivas se ven afectadas.
Pero el día en que el intelecto haya comprendido verdaderamente lo que es bello y bueno, y que el corazón lo desee con fuerza, juntos acabarán logrando la adhesión de la voluntad. La pereza será entonces vencida, ¡y ahí estará la liberación!"
|