Mi propuesta es
cambiar los términos adoración y meditación, por "despertar al momento presente"
para poder vivirlo plenamente en unión con nuestro Ajustador y que todo lo que
hacemos se convierta en extraordinario, porque "el Espíritu residente es el
camino al Paraíso, pero es el hombre quien debe tomar ese camino en forma
voluntaria y por la eleccón de su
albedrío"1231
Pero esto no es fácil,
sobre todo al comienzo porque la vorágine de la vida es muy fuerte, por eso
debemos aprender algunas técnicas que nos ayuden a recordar lo que somos y lo
que queremos llegar a ser.
Pequeños recordatorios, como por ejemplo, el
momento en que encendemos el PC nos deja unos minutos en espera que él se
active, en vez de hacer otra cosa, ofrecer a Dios nuestro trabajo computacional.
Poner una pantalla de fondo que nos guste y que de alguna forma nos recuerde que
Dios es nuestro Padre y nos ama, los paisajes son de gran ayuda para
contactarnos con lo divino. Al cerrar el PC también hacerlo en forma consciente
y agradecer a Dios por la tarea realizada.
Los celulares que
ahora hacen de todo, también los podemos utilizar como recordatorios, poniendo
la alarma del reloj a horas determinadas con el sólo objeto de “despertarnos” no
del sueño físico, sino del hipnótico que nos convierte en marionetas. El hablar
por teléfono puede ser una gran herramienta para poner a trabajar nuestra
empatía y nuestra comprensión hacia nuestros hermanos, valorando y respetando
sus opiniones. Escuchar en vez de limitarnos a oír, es un ejercicio fantástico
que produce ganancia a los otros y también a nosotros, porque al escuchar,
ganamos en amor y en sabiduría. “Conocer a nuestros hermanos, entender sus
problemas y aprender a amarlos es la suprema experiencia de la vida.”
1431
En fin, como nuestra religión es del espíritu
y es personal, cada uno puede inventar pequeños trucos para despertar a una vida
espiritual plena que nos llenará de alegría, si aprendemos a usar el wasap
estando conscientes de lo que escribimos y enviando nuestras vibraciones
positivas para que no sólo nosotros seamos mejores, sino también toda la
humanidad.
yolanda silva
solano