En los sufrimientos y la desgracia

"En los sufrimientos y la desgracia es cuando los humanos se plantean más cuestiones sobre Dios, sobre su existencia, sobre su voluntad. Se preguntan si Él les oye, si Él responderá a sus plegarias, si Él vendrá a socorrerles. Y a menudo se decepcionan al no recibir ni respuesta ni ayuda. ¿Por qué? Porque plantean mal la cuestión. Hacen como si Dios fuese un ser totalmente exterior a ellos. Cuando comprendan que Dios habita en ellos, sean cuales sean sus pruebas, persistirán en conectarse con Él y sentirán que Él les ilumina, les conduce, les sostiene.
El que sufre se siente a menudo muy solo, abandonado por todos. Entonces, ¿por qué debe perder también, por negligencia, por ignorancia, la única ayuda, el único consuelo verdadero que puede recibir? Esta ayuda, este consuelo, se encuentran en la presencia de Dios en él. Cuando reza, cuando suplica, no se dirige solamente al Creador del cielo y de la tierra, a este Ser tan lejano que es casi imposible imaginar; se dirige a un poder que habita en su alma y en su espíritu y con el cual nunca debe perder el contacto