Este es un sabio
consejo, si queremos mantener la paz con nuestros semejantes y sobre todo en
nuestro corazón, porque los seres humanos, somos muy dados no sólo a juzgar a
nuestros hermanos, sino también a encasillarlos de una forma determinada, por el
conocimiento de un sólo episodio desafortunado.
Con ello, les
impedimos el derecho que todos tenemos de corregir nuestros errores y la
posibilidad de un cambio real. Curiosamente somos más dados a encasillar a las
almas en lo negativo que de ellas hemos visto, que por sus cosas positivas.
Pienso que en los mundos de estancia, nos vamos a llevar sorpresas muy grandes,
al encontrarnos tal vez con personalidades que nosotros en vida, habíamos
condenado por sus faltas.
Antes de emitir
juicios, deberíamos conocer a fondo toda la película y ni siquiera así,
podríamos acertar plenamente pues ¿quién puede conocer las verdaderas
intenciones de la otra persona.? Sólo Dios, puede hacerlo. "Mi Padre mira dentro
del corazón de los hombres y juzga sus deseos íntimos y sus intenciones
sinceras." 1571
Por eso, nosotros
debemos esforzarnos para no ser jueces de nadie, porque con la misma vara que
medimos, seremos medidos. "Al fin de vuestra vida terrestre, todos vosotros
esperaréis misericordia, por ello os pido que durante vuestra vida mortal seáis
misericordiosos con todos vuestros hermanos. No cometáis el error de quitar la
mota del ojo ajeno, cuando hay una viga en el vuestro."
1571
Esforcémonos por no
hacer juicios ni tengamos prejuicios contra nada ni nadie, de esta manera
mantendremos limpio nuestro corazón, vacío de prejuicios para dar cabida a todos
los buenos pensamientos e intenciones que nuestro Espíritu residente pretende
entregarnos... siempre y cuando nosotros se lo permitamos porque para "ellos la
voluntad del hombre es sagrada."1217
yolanda silva solano