“ El conocimiento es la esfera de la mente material o
discernidora de los hechos. La verdad es el dominio del intelecto
espiritualmente dotado que está consciente de conocer a Dios. El conocimiento se
puede demostrar; la verdad se experimenta. El conocimiento es una posesión de la
mente; la verdad una experiencia del alma, del yo en progresión. El conocimiento
es una función del nivel no espiritual; la verdad es una fase del nivel mental y
espiritual de los universos. El ojo de la mente material percibe un mundo de
conocimiento sobre los hechos; el ojo del intelecto espiritualizado discierne un
mundo de valores verdaderos. Estos dos puntos de vista, sincronizados y
armonizados, revelan el mundo de la realidad, en el cual la sabiduría interpreta
los fenómenos del universo en términos de la experiencia personal
progresiva.”1435
Debemos fijar nuestra atención
en que nada que no haya pasado por la experiencia personal tiene valor de
sobrevivencia, porque cuando dejemos nuestra envoltura mortal al igual que la
oruga deja la suya para convertirse en mariposa, “el Ajustador del Pensamiento
recordará y volverá a recontar para ti sólo aquellos recuerdos y experiencias
que son parte de tu carrera universal y que son esenciales para ésta. Si el
Ajustador ha sido un socio en la evolución de alguna cosa en la mente humana,
estas experiencias valiosas sobrevivirán en la conciencia eterna del Ajustador.
Pero mucho de tu vida pasada y sus recuerdos, que no han tenido ni significado
espiritual ni valor morontial, perecerá con tu cerebro material; mucho de la
experiencia material desaparecerá como antiguos andamios que, habiéndote ayudado
a pasar al nivel morontial, ya no tienen un propósito en el universo. Pero la
personalidad y los enlaces entre personalidades no son jamás andamios; la
memoria mortal de las relaciones con las personalidades tiene valor cósmico y
persistirá. En los mundos de estancia conocerás y serás conocido, y más,
recordarás y serás recordado por tus asociados de antaño en la corta pero
estimulante vida en Urantia.”1235
El valor de sobrevivencia de una
experiencia no depende de lo grande o importante que ella sea, sino del grado de
despertar de nuestra conciencia que nos permite darnos cuenta de lo que nos está
pasando o de lo que estamos haciendo, del por qué y para qué... pues “para
entrar en el Reino el motivo es el que cuenta”.1571
No olvidemos jamás que “nada de
lo que hace un hijo de Dios es ordinario.”2049
yolanda silva
solano