“No veo, como puedo regocijarme
en la paternidad de Dios, si ignoro la fraternidad de los
hombres.
Libro de Urantia.1454
Si entendemos la solidaridad
como sinónimo de igualdad, fraternidad, y ayuda mutua, tenemos que seguir al
Maestro, porque “él trató de restablecer la dignidad del hombre, al declarar que
todos los hombres son hijos de Dios.1091". Por cierto que visto desde este punto
de vista, tenemos que reconocer que para el actuar así, demanda de
responsabilidad, generosidad, desprendimiento, cooperación y participación,
valores que es difícil cumplir sin la guía de nuestro Espíritu residente, porque
“el hombre no apetece naturalmente el trabajo duro. En su experiencia de vida,
para mantener el ritmo de las demandas obligatorias y los impulsos poderosos de
su espíritu, necesita una actividad incesante en el crecimiento espiritual,
expansión intelectual, ampliación de los hechos y del servicio social.
1120"
En nuestros días, se habla
mucho de la solidaridad en todos los ámbitos, y en gran parte se debe a una
conciencia cada vez más generalizada de una realidad internacional conjunta, de
un destino universal entre todas las personas y todos los países, es una más, de
las consecuencias de la globalización mundial y de la necesidad de hacer
sustentable al planeta.
Desgraciadamente, esta
conciencia de solidaridad universal, suele reducirse a una buena intención, a un
rechazo hacia las injusticias sociales, pero son sentimentalismos baratos, pues
no tienen la menor fuerza de acción. Condenamos el hambre y la pobreza, pero no
hacemos lo más mínimo para solucionarla, por el contrario, nos dejamos llevar
por el consumismo innecesario, olvidando las necesidades de los
demás.
Solidaridad es una
palabra que lleva implícita la unión, es una señal inequívoca que todos los
hombres de cualquier condición, estamos unidos más allá de las noticias y de
Internet, estamos unidos por nuestra condición de seres humanos e hijos del
mismo Padre, lo cual significa haber comprendido el significado de la paternidad
de Dios y de la fraternidad de los hombres porque ambas están íntimamente
unidas. “No veo, como puedo regocijarme
en la paternidad de Dios, si ignoro la fraternidad de los
hombres.1454"
Si
yo que he recibido tantos dones espirituales ¿cómo puedo ser feliz si no soy
capaz de compartirlos con los que tienen menos?
yolanda
silva solano