La esperanza de la hermandad humana, tan sólo puede
realizarse, en la medida que la experiencia personal espiritual, las impregne y
eclipse las religiones mentales de autoridad
divergentes.
Libro de Urantia.
Pág.1732
“En el nombre de Dios, el
Compasivo, el Misericordioso” , estas palabras que inician el Corán no se
condicen en nada con los cruentos atentados que acabamos de presenciar en
Francia por Isis, movimiento extremista que desgraciadamente crece en diferentes
países del orbe.
La mayoría de nosotros se horroriza de lo que está
ocurriendo, pero hay que tener cuidado para no englobar a todos los mulsulmanes
en esta aparente “guerra religiosa” y no permitir que la crítica se transforme
en odio, porque recordemos que los cristianos también debemos avergonzarnos de
las veces que matamos en nombre de “guerras santas” como lo fueron las Cruzadas,
la Inquisición y la más reciente en Irlanda.
Lo único pausible en
este momento es llenar nuestro corazón de amor para saber perdonar y para ser
capaces de atraer la paz porque “las religiones de autoridad tan sólo pueden dividir a
los hombres y ponerlos en orden de batalla consciente, los unos contra los
otros. Las religiones de autoridad requieren de los hombres una uniformidad en
la creencia, pero esto es imposible de lograr en el presente estado del
mundo”1732
Todas las religiones hablan de
Dios, pero olvidan el mayor de los preceptos que es el amaos los unos a los
otros, como Dios nos ama. La cruda realidad es que hay millones de creyentes,
pero un número ínfimo de practicantes de la religión que dicen tener porque no
hay una consecuencia lógica, entre lo que se dice creer y lo que se hace en la
vida cotidiana, porque la regla de oro es ignorada casi
completamente.
“La esperanza de la
hermandad humana, tan sólo puede realizarse, en la medida que la experiencia
personal espiritual, las impregne y eclipse las religiones mentales de autoridad
divergentes.”1732
Pero no dejemos la responsabilidad a las religiones o a los otros,
trabajemos en forma personal en nuestra paz interna y seamos consecuentes y
amemos a todos los seres humanos pues “el
hombre que conoce a Dios, considera a todos los hombres como sus iguales, ellos
son sus hermanos.”1442 Seamos portadores de la paz con nuestras oraciones y en
nuestro actuar cotidiano.
yolanda
silva solano
yosis282@gmail.com