Cuando hacemos el más humilde servicio a nuestros hermanos, se lo
hacemos a Jesús
Libro de Urantia. Pág.1917
La gratitud nace de la empatía que sintamos
por los demás, mientras no nos pongamos en el lugar de ellos “gracias” no será
más que una palabra hueca de buena crianza que no entregará ninguna vibración
positiva. Desgraciadamente ésto es lo más fecuente, no involucramos nuestras
emociones, nuestros gestos son de una indiferencia total, sin darnos cuenta que
al hacerlo, los únicos perjudicados somos nosotros mismos, porque “conocer a
nuestros hermanos,entender sus problemas y aprender a amarlos es una de las
supremas experiencias de la vida, porque ningún hombre es extraño para el que
conoce a Dios.”1431
Decimos con frecuencia que deseamos conocer a
Dios, pero nos olvidamos que Él “sólo se puede realizar en los dominios de la
experiencia humana”24 por algo su Hijo nos dice que: “cuando hacemos el más
humilde servicio a nuestros hermanos, se lo hacemos a Él.”1917
La gratitud es también una
muestra de humildad, porque reconocemos que nos han hecho un favor y este
reconocimiento, entre la persona que da y la
que lo recibe, se establece una comunión de sentimientos que enriquecen la
personalidad de ambas y aportan a la noosfera, vibraciones positivas que a su
vez enriquecen no sólo al planeta, sino también al Universo, pues “la fraternidad constituye un hecho de relación
entre todas las personalidades en la existencia universal. La parte se
beneficia o sufre en relación con el todo. El buen esfuerzo de cada hombre
beneficia a todos los hombres; el error o el mal de cada hombre aumenta las
tribulaciones de todos los hombres. Las velocidades relativas de la parte y el
Todo determinan si la parte se atrasa por la inercia del todo o si adelanta por
el impulso de la fraternidad
cósmica.”138
Si diéramos mayor importancia de nuestros
sentimientos y acciones, sin duda que seríamos muchísimos más conscientes de lo
que podríamos dar, al decir “gracias”