Pocas veces se puede decir tanto en tan pocas
palabras como en la cita de hoy, porque el amor no se concibe sin la
preocupación y el espíritu de servicio hacia los demás. No
es posible pretender “amar a Dios a quien no vemos y no amar a nuestros hermanos
que sí podemos ver”1727, "no es posible regocijarse con la paternidad de nuestro
Padre e ignorar la fraternidad con el hombre"
1454
El amor tiene la facultad, que mientras más se prodiga,
más se tiene, porque por ley de atracción el amor atrae al amor y por lo mismo
es contagioso e inmensamente creativo, siempre está encontrando la forma de
entregar más, no solamente cosas materiales, sino esencialmente en las cosas
intalgibles porque el amor no es dar sino que es darse, ofreciendo a los demás
lo mejor de nosotros mismos, pues "el amor es el deseo de hacer el bien a los
demás"1616 tanto en el plano físico y como en el espiritual.
El egoísmo, el pensar primero en nosotros, es el
antónimo del amor y desgraciadamente es lo que más solemos hacer, entregamos a
los demás lo que a nosotros nos parece, sin pensar que es lo que realmente la
otra persona desea o necesita. A una persona que tiene frío de nada le sirve que
nosotros le regalemos un costoso traje de seda o un riquísimo helado... para que
el amor sea verdadero y cumpla su misión de servir a los demás, debe estar
rodeado de empatía, pensar en lo que la otra persona necesita, antes que en lo
que nosotros deseamos dar.
Dios nos ama de una manera personal e incompresiblemente
grandiosa y generosa, pero a cambio no exige nuestro amor, el nos deja en plena
libertad de acción para acercarnos o alejarnos de El, lo mismo hace nuestro
Espíritu residente que jamás se impone sobre nuestros deseos o inclinaciones, y
"de este modo el espíritu de la divinidad se vuelve humildemente obediente a la
elección de las criaturas."150
¡Si nosotros fuésemos capaces de amar en forma similar,
que diferente podría ser nuestra vida y la del mundo entero!
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